Gefunden 83 Ergebnisse für: Ain

  • escuadrones de caballería en orden de batalla, ataques y cargas de una y otra parte, movimiento de escudos, espesura de lanzas, espadas desenvainadas, lanzamiento de dardos, resplandores de armaduras de oro y corazas de toda clase. (II Macabeos 5, 3)

  • Prestó buena acogida a Macabeo y dejó a Hegemónides como estratega desde Tolemaida hasta la región de los guerraínos. (II Macabeos 13, 24)

  • Zain. Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viña. (Proverbios 31, 16)

  • Ain. Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañana. (Proverbios 31, 25)

  • ¡Ay, espada de Yahveh! ¿Cómo va a estarse quieta? Recógete a tu vaina, date reposo y calla. (Jeremías 47, 6)

  • Zain. Jerusalén recuerda sus días de miseria y vida errante, cuando a manos del adversario sucumbía su pueblo, sin que nadie viniera en su ayuda. Los adversarios la miraban, riéndose de su ruina. (Lamentaciones 1, 7)

  • Ain. Por esto lloro yo; mi ojo, mi ojo se va en agua, porque está lejos de mí el consolador que reanime mi alma. Mis hijos están desolados, porque ha ganado el enemigo. (Lamentaciones 1, 16)

  • Zain. El Señor ha rechazado su altar, su santuario ha desdeñado; ha dejado a merced del enemigo los muros de sus palacios; ¡gritos se dieron en la Casa de Yahveh, como en día solemne! (Lamentaciones 2, 7)

  • Ain. Yahveh ha hecho lo que había resuelto, ha cumplido su palabra que había empeñado desde antiguo; ha destruido sin piedad; ha hecho alegrarse sobre ti al enemigo, ha exaltado la frente de tus adversarios. (Lamentaciones 2, 17)

  • Zain. Recuerda mi miseria y vida errante: ¡es ajenjo y amargor! (Lamentaciones 3, 19)

  • Ain. Mis ojos fluyen y no cesan; ya no hay alivio (Lamentaciones 3, 49)

  • Zain. Más limpios que la nieve eran sus nazireos, más blancos que la leche; de cuerpo más rojo que corales, un zafiro su figura. (Lamentaciones 4, 7)


“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina