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Te ruego que me libres de la amenaza de mi hermano Esaú, porque tengo miedo de que él venga y nos destruya, sin perdonar a nadie. (Génesis 32, 12)
Por eso van a ser sometidos a una prueba: juro por el Faraón que ustedes no quedarán en libertad, mientras no venga aquí su hermano menor. (Génesis 42, 15)
Cuando ustedes, en su propia tierra, tengan que combatir contra un enemigo que venga a atacarlos, deberán tocar las trompetas profiriendo aclamaciones, y el Señor, su Dios, se acordará de ustedes, y se verán libres de sus enemigos. (Números 10, 9)
Si ese hermano no es tu vecino o no sabes quién es, encierra al animal en tu casa y cuídalo hasta que él lo venga a reclamar. Entonces se lo devolverás. (Deuteronomio 22, 2)
Entonces Jonadab le dijo: "Acuéstate como si estuvieras enfermo, y cuando tu padre venga a verte, tú le dirás: ‘Deja que mi hermana Tamar venga a darme de comer; que prepare la comida en mi presencia, de manera que yo pueda ver, y que me la sirva ella misma’". (II Samuel 13, 5)
Amnón se acostó, fingiendo estar enfermo y cuando el rey fue a verlo, Amnón le dijo: "Por favor, que venga mi hermana Tamar a cocinar aquí mismo un par de buñuelos, y que me los sirva con sus propias manos". (II Samuel 13, 6)
Entonces Absalón dijo: "Permite al menos que venga con nosotros mi hermano Amnón". "¿Para qué va a ir contigo?", repuso David. (II Samuel 13, 26)
Pero el rey dijo: "Que se retire a su casa y no venga a verme". Absalón se retiró a su casa y no se presentó ante el rey. (II Samuel 14, 24)
el Dios que venga mis agravios y pone a los pueblos a mis pies! (II Samuel 22, 48)
-porque se oirá hablar de tu gran Nombre, de tu mano poderosa y de tu brazo extendido- cuando él venga a orar hacia esta Casa, (I Reyes 8, 42)
Entonces el rey de Israel llamó a un eunuco y ordenó: "Que venga en seguida Miqueas, hijo de Imlá". (I Reyes 22, 9)
Vamos a construirle una pequeña habitación en la terraza; le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, y así, cuando él venga, tendrá donde alojarse". (II Reyes 4, 10)