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  • Que no tengan que llamarte chismoso, y no seas insidioso al hablar, porque la vergüenza pesa sobre el ladrón y una severa condena sobre el que habla con doblez. (Eclesiástico 5, 14)

  • No seas celoso de la mujer que amas, para no incitarla a comportarse mal contigo. (Eclesiástico 9, 1)

  • Mientras le seas útil, te explotará, pero si no tienes nada, te abandonará. (Eclesiástico 13, 4)

  • Antes de hacer un voto, prepárate a cumplirlo, y no seas como un hombre que tienta al Señor. (Eclesiástico 18, 23)

  • Sé el primero en dejar de comer, por buena educación, y no seas insaciable, para no chocar. (Eclesiástico 31, 17)

  • Levántate a tiempo, no seas el último en irte, ve derecho a tu casa, sin entretenerte por el camino. (Eclesiástico 32, 11)

  • No seas insaciable de placeres ni te excedas en las comidas. (Eclesiástico 37, 29)

  • Si estás enfermo, hijo mío, no seas negligente, ruega al Señor, y él te sanará. (Eclesiástico 38, 9)

  • Él dice: "Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra". (Isaías 49, 6)

  • No seas para mí un motivo de terror, tú, mi refugio en el día de la desgracia. (Jeremías 17, 17)

  • Porque así habla el Señor: Yo haré que seas presa del terror, tú y todos tus amigos; ellos caerán bajo la espada de sus enemigos, y tú lo verás con tus propios ojos. Y yo entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los herirá con la espada. (Jeremías 20, 4)

  • Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te voy a decir; no seas rebelde como ese pueblo rebelde: abre tu boca y come lo que te daré. (Ezequiel 2, 8)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina