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Es un árbol de vida para el que se acerca a ella; ¡felices los que encontraron la sabiduría! (Proverbios 3, 18)
Pues bien, hijos míos, oíganme. ¡Felices los que siguen mis caminos! (Proverbios 8, 32)
El justo que lleva una vida irreprochable; ¡ felices sus hijos después de él! (Proverbios 20, 7)
Contempla la obra de Dios: ¿quién podrá enderezar lo que él ha curvado? En los días felices disfruta de la felicidad, y en el día de la desgracia, abre los ojos: Dios los ha dispuesto a ambos de tal manera que nadie pueda saber cuál será su fin. (Eclesiastés (Qohelet) 7, 13)
Por eso decidí tomarla como compañera de mi vida: sabía que me aconsejaría en los momentos felices y me sostendría en las preocupaciones y en las penas. (Sabiduría 8, 9)
¡Oh Elías, felices los que te vieron, y que luego se durmieron en el amor! - porque nosotros también ciertamente que viviremos. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 11)
Los humildes aún se alegrarán con Yavé y los más pobres quedarán felices con el Santo de Israel, (Isaías 29, 19)
Yavé está esperando el momento para perdonarlos; se levantará y tendrá piedad de ustedes, pues Yavé es un Dios justo y ¡felices los que en él esperan! (Isaías 30, 18)
Felices ustedes, que sembrarán entonces a orillas de todos los esteros o soltarán sin problemas su buey o su burro. (Isaías 32, 20)
los llevaré a mi cerro santo y haré que se sientan felices en mi Casa de oración. Serán aceptados los holocaustos y los sacrificios que hagan sobre mi altar, ya que mi casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. (Isaías 56, 7)
Nuestro templo, santo y magnífico, en que te rezaban nuestros abuelos, ha sido consumido por el fuego; todo lo que nos hacía felices está ahora en ruinas. (Isaías 64, 10)
Ahora bien se sacrifica a un buey y al mismo tiempo se mata a un hombre; se degüella un cordero pero también se desnuca un perro. Se presenta como ofrenda sangre de cerdo y, si queman incienso, lo queman ante los ídolos. Así como se deleitan en seguir sus caminos, y sus almas quedan felices con sus sucios ídolos, (Isaías 66, 3)
