Encontrados 110 resultados para: vea

  • Cuando mires al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todos los astros del firmamento, no te dejes seducir hasta postrarte ante ellos para rendirles adoración. El Señor, tu Dios, los ha dado en suerte a todos los pueblos que hay bajo los cielos. (Deuteronomio 4, 19)

  • Guárdate de ofrecer holocaustos en cualquier lugar sagrado que veas. (Deuteronomio 12, 13)

  • Cuando salgas a hacer la guerra contra tus enemigos y veas los caballos y los carros de un pueblo más numeroso que tú, no tengas miedo de ello, pues el Señor, tu Dios, está contigo, el mismo que te sacó de Egipto. (Deuteronomio 20, 1)

  • El Señor, tu Dios, está en medio de tu campamento para protegerte y librarte de tus enemigos. Por tanto, tu campamento debe ser santo, para que el Señor no vea indecencias en medio de él y no se aparte de ti. (Deuteronomio 23, 15)

  • El Señor saldrá en defensa de su pueblo, tendrá misericordia de sus siervos, cuando vea que se agotan sus fuerzas y que no queda entre ellos ni esclavo ni libre. (Deuteronomio 32, 36)

  • y dieron al pueblo la siguiente orden: "Cuando veáis que los sacerdotes levitas se disponen a llevar el arca de la alianza del Señor, vuestro Dios, poneos en marcha y seguidla. (Josué 3, 3)

  • Os quedáis observando y, cuando veáis que las muchachas de Silo salen para bailar en coro, salís vosotros de las viñas y os lleváis cada uno una y os volvéis a vuestra tierra. (Jueces 21, 21)

  • ¿No estamos en el tiempo de la siega del trigo? Pues bien, voy a invocar al Señor y él mandará truenos y lluvia, para que sepáis y veáis el gran mal que le habéis hecho a los ojos del Señor al pedir para vosotros un rey". (I Samuel 12, 17)

  • Yonadab le dijo: "Acuéstate en tu cama y fíngete enfermo; y cuando venga tu padre a visitarte, le dirás: Que venga, por favor, mi hermana Tamar a darme de comer. Que ella prepare la comida delante de mí para que yo la vea y reciba el alimento de su mano". (II Samuel 13, 5)

  • Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy". (II Samuel 16, 12)

  • Joab dijo al rey: "Que el Señor, tu Dios, aumente la población otras cien veces más y que mi señor, el rey, lo vea con sus ojos; pero ¿para qué quiere esto mi señor, el rey?". (II Samuel 24, 3)

  • Y Eliseo oró así: "Señor, ábrele los ojos para que vea". Y el Señor abrió los ojos del muchacho, el cual vio el monte repleto de caballos y carros de fuego, que rodeaban a Eliseo. (II Reyes 6, 17)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina