Encontrados 1754 resultados para: uno

  • Queridos míos, si Dios nos ha amado de este modo, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. (I Juan 4, 11)

  • Jamás ha visto nadie a Dios. Si nos amamos los unos a los otros, Dios está en nosotros, y su amor en nosotros es perfecto. (I Juan 4, 12)

  • Si uno confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él y él en Dios. (I Juan 4, 15)

  • Si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso. El que no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve. (I Juan 4, 20)

  • Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que lleve a la muerte, rece por él, y Dios le dará la vida; esto lo digo para los pecados que no llevan a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte; por éste no digo que recen. (I Juan 5, 16)

  • Te ruego, oh señora -aunque no te escribo un mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde el principio-, que nos amemos los unos a los otros. (II Juan 1, 5)

  • Si alguno os visita y no lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa y no le saludéis, (II Juan 1, 10)

  • Que la paz esté contigo. Te saludan tus amigos. Saluda a los amigos uno por uno. (III Juan 1, 15)

  • Porque se han infiltrado entre vosotros algunos hombres, destinados desde antiguo a caer en la condenación, gente malvada que han convertido en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a nuestro único dueño y Señor, Jesucristo. (Judas 1, 4)

  • a unos salvadlos, arrancadlos del fuego; a otros, tenedlos compasión, pero con cuidado, aborreciendo hasta la túnica manchada por su cuerpo. (Judas 1, 23)

  • No te acobardes ante lo que vas a sufrir. El diablo va a encarcelar a algunos de vosotros; es para poneros a prueba; sufriréis una prueba de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida. (Apocalipsis 2, 10)

  • y a sus hijos los voy a herir de muerte; de este modo todas las Iglesias sabrán que soy yo el que penetra los sentimientos y los pensamientos, y os daré a cada uno según sus obras. (Apocalipsis 2, 23)


“Ele e ouvir a Sua voz por meio das Suas inspirações e iluminações interiores.” São Padre Pio de Pietrelcina