Encontrados 96 resultados para: tesoro escondido

  • con sus ojos espía al desdichado; escondido como un león en su guarida, al acecho para atrapar al miserable, lo atrapa enredándolo en sus redes; (Salmos 10, 9)

  • Dice en su corazón: "Dios se ha olvidado, ha escondido su rostro, nada verá jamás". (Salmos 10, 11)

  • Tú corriges al hombre castigando la falta, como una polilla corroes su tesoro, el hombre no es nada más que un soplo. (Salmos 39, 12)

  • Cuando los cifeos vinieron a decir a Saúl que David estaba escondido entre ellos (Salmos 54, 2)

  • Cuando estoy deprimido, tú sabes dónde voy. En mi camino me han escondido un lazo. (Salmos 142, 4)

  • Abrió las arcas del tesoro y entregó a los soldados la paga de un año, diciéndoles que estuviesen preparados para cualquier eventualidad. (I Macabeos 3, 28)

  • Pero se dio cuenta de que el dinero faltaba en el tesoro y que los tributos de la provincia habían bajado debido a las discordias y daños que él había causado en el país al suprimir las leyes vigentes desde antiguo. (I Macabeos 3, 29)

  • para decirle: "Hemos detenido a tu hermano Jonatán a causa del dinero que debe al tesoro real por los asuntos que él administraba. (I Macabeos 13, 15)

  • y que se depositaran copias en el tesoro del templo para que estuvieran a disposición de Simón y de sus hijos. (I Macabeos 14, 49)

  • Al cabo de muchos años, cuando Dios quiso, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó a los descendientes de aquellos sacerdotes que lo habían escondido en busca del fuego. Según ellos nos dijeron, no encontraron fuego, sino un agua muy espesa, y mandó que se la llevaran. (II Macabeos 1, 20)

  • a quien descubrió que en el tesoro del templo se guardaban riquezas increíbles, que la cantidad del dinero era innumerable, que no se empleaba en el servicio del templo y que el rey podría apoderarse de ello. (II Macabeos 3, 6)

  • y de Hircano, hijo de Tobías, persona de noble posición -contra las falsas denuncias del malvado Simón-; y que todo el tesoro era de trece mil seiscientos kilos de plata y seis mil seiscientos de oro; (II Macabeos 3, 11)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina