Encontrados 154 resultados para: suerte

  • Esto es lo malo de todo lo que se hace bajo el sol: que sea una misma la suerte para todos. Y así el corazón del hombre se llena de malicia y concibe locuras durante su vida; y después... ¡con los muertos! (Eclesiastés 9, 3)

  • También he visto bajo el sol que ni es de los veloces la carrera, ni de los valientes el combate, ni de los sabios el pan, ni de los inteligentes la riqueza, ni de los instruidos la estima, porque el tiempo y la mala suerte alcanzan a todos. (Eclesiastés 9, 11)

  • Que no faltemos ninguno a nuestra orgía; por todas partes dejemos señales de nuestro regocijo, pues ésta es nuestra herencia y nuestra suerte. (Sabiduría 2, 9)

  • Somos para él como escoria, se aparta de nuestros caminos como si apestasen. Proclama feliz la suerte de los justos, y se gloría de tener a Dios por padre. (Sabiduría 2, 16)

  • ¡Cómo fue contado entre los hijos de Dios y participa de la suerte de los santos! (Sabiduría 5, 5)

  • Era yo un niño bien dotado. Me tocó en suerte un alma buena. (Sabiduría 8, 19)

  • mostrando que puedes salvar de todo riesgo, de suerte que aun sin pericia náutica puede uno embarcarse. (Sabiduría 14, 4)

  • Toda maldad es poca comparada con la de la mujer: la suerte del pecador caiga sobre ella. (Eclesiástico 25, 19)

  • Cuando pagan, el prestamista apenas recibirá la mitad, y podrá estimarlo una suerte. Y si no puede pagar, le dejará sin su dinero y se habrá granjeado de balde un enemigo, que le devolverá maldiciones e insultos, y en vez de honra, ultrajes. (Eclesiástico 29, 6)

  • Por eso se estableció con él un pacto de paz haciéndolo jefe del santuario del pueblo, de suerte que a él y a su descendencia pertenece la dignidad del sacerdocio por los siglos. (Eclesiástico 45, 24)

  • Embota el corazón de este pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos, de suerte que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, ni se convierta, ni se cure. (Isaías 6, 10)

  • ¡Espanto al caer la tarde, y antes de la mañana ya no existen! Tal es el botín de nuestros saqueadores, la suerte de quienes nos despojan. (Isaías 17, 14)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina