Encontrados 5665 resultados para: pueblo de Dios

  • Júrame aquí, por Dios, que no me engañarás a mí, ni a mis hijos, ni a mis parientes, sino que tendrás conmigo y con el país que te hospedó la misma benevolencia que yo he tenido contigo". (Génesis 21, 23)

  • Abrahán plantó en Berseba un tamarisco e invocó allí al Señor, Dios de la eternidad. (Génesis 21, 33)

  • Después de esto, Dios quiso probar a Abrahán, y le llamó: "¡Abrahán! ¡Abrahán!". Éste respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: (Génesis 22, 1)

  • Abrahán se levantó de madrugada, aparejó su asno, tomó consigo dos criados y a su hijo Isaac, partió la leña para el holocausto y se encaminó hacia el lugar que Dios le había dicho. (Génesis 22, 3)

  • y dijo a sus criados: "Quedaos aquí con el asno mientras el muchacho y yo subimos arriba; adoraremos a Dios, y después volveremos con vosotros". (Génesis 22, 5)

  • Abrahán respondió: "Dios se proveerá del cordero para el holocausto, hijo mío". Y continuaron juntos el camino. (Génesis 22, 8)

  • Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abrahán levantó un altar; preparó la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña. (Génesis 22, 9)

  • Y el ángel le dijo: "No lleves tu mano sobre el muchacho, ni le hagas mal alguno. Ya veo que temes a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu hijo único". (Génesis 22, 12)

  • "Escúchanos, señor; tú eres entre nosotros un príncipe de Dios; sepulta a tu difunta en la mejor de nuestras tumbas. Ninguno te negará la suya para que puedas enterrar a tu difunta". (Génesis 23, 6)

  • "No, señor; escúchame: yo te doy el campo y la cueva que hay en él; delante de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta". (Génesis 23, 11)

  • Entonces Abrahán se inclinó ante el pueblo del país, (Génesis 23, 12)

  • y habló así a Efrón en presencia del pueblo: "Escúchame, por favor; yo te doy el precio del campo; tómalo de mi mano y sepultaré en él a mi difunta". (Génesis 23, 13)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina