Encontrados 96 resultados para: propio

  • Él hizo al hombre al principio, y lo dejó en manos de su propio albedrío. (Eclesiástico 15, 14)

  • Una pasión ardiente quema como el fuego; no se apagará hasta consumirse. El hombre sensual con su propio cuerpo no cesará hasta que su fuego lo devore. Al lujurioso todo pan le sabe dulce, no se cansará hasta su muerte. (Eclesiástico 23, 17)

  • Todo consejero da consejos, pero hay quien aconseja en su propio interés. (Eclesiástico 37, 7)

  • Guárdate del consejero; mira antes de qué tiene necesidad porque también él aconseja en provecho propio , no sea que te tienda un lazo (Eclesiástico 37, 8)

  • Todos nosotros, como ovejas, andábamos errantes; cada cual siguiendo su propio camino. Y el Señor ha hecho recaer sobre él la perversidad de todos nosotros. (Isaías 53, 6)

  • Entonces se llamará a Jerusalén "el trono del Señor"; a ella acudirán, en el nombre del Señor, todas las naciones y no seguirán más la obstinación de su propio corazón perverso. (Jeremías 3, 17)

  • Pero ellos no me escucharon, no me hicieron caso. Se fueron tras su propio capricho, tras la perversidad de su corazón; me dieron la espalda, y no la cara. (Jeremías 7, 24)

  • Pero tus ojos y tu corazón buscan tan sólo tu propio interés, sangre inocente que derramar, explotación y violencia que ejercer. (Jeremías 22, 17)

  • Por tanto, esto dice el Señor: Vosotros no me habéis escuchado, concediendo cada uno la libertad a su propio hermano, a su prójimo. Pues bien, yo también -dice el Señor- voy a proclamar contra vosotros la libertad de la espada, la peste y el hambre. Os convertiré en objeto de horror para todos los reinos de la tierra. (Jeremías 34, 17)

  • que llegáramos a comer uno la carne de su propio hijo, otro la carne de su propia hija. (Baruc 2, 3)

  • Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los profetas insensatos, que siguen su propio espíritu y no ven nada! (Ezequiel 13, 3)

  • en ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se fuerza a la mujer en la menstruación. (Ezequiel 22, 10)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina