Encontrados 5017 resultados para: preparación para la guerra

  • El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén para que trabajase la tierra de la que había sido sacado. (Génesis 3, 23)

  • Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3, 24)

  • Por tanto, maldito seas lejos de la tierra que ha abierto sus fauces para empaparse con la sangre de tu hermano derramada por ti. (Génesis 4, 11)

  • El Señor le dijo: "No será así; si alguien mata a Caín, lo pagará siete veces". Y el Señor puso una señal a Caín para que si alguien lo encontraba, no lo matara. (Génesis 4, 15)

  • Yo voy a enviar sobre la tierra un diluvio de aguas para destruir a todo ser viviente que hay bajo el cielo. Todo cuanto hay sobre la tierra morirá. (Génesis 6, 17)

  • De todos los seres vivientes meterás contigo en el arca una pareja de cada especie, macho y hembra, para que sobrevivan contigo. (Génesis 6, 19)

  • De cada especie de aves, de animales y de reptiles entrará contigo una pareja, para salvaguardar la vida. (Génesis 6, 20)

  • Noé, con su mujer, sus hijos y las mujeres de sus hijos, entró en el arca para librarse de las aguas del diluvio. (Génesis 7, 7)

  • Después soltó una paloma, para ver si se habían secado las aguas sobre la superficie de la tierra. (Génesis 8, 8)

  • El Señor descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando, y (Génesis 11, 5)

  • Pues bien, descendamos y confundamos su lenguaje para que no se entiendan los unos a los otros". (Génesis 11, 7)

  • Téraj tomó a su hijo Abrán, a su nieto Lot y a Saray su nuera, mujer de Abrán, y los hizo salir de Ur de los caldeos para ir al país de Canaán; pero al llegar a Jarán se quedaron allí. (Génesis 11, 31)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina