Encontrados 138 resultados para: poco

  • El Señor, tu Dios, irá destruyendo estas naciones delante de ti poco a poco. No podrás exterminarlas en un día, no sea que las fieras del campo se multipliquen contra ti. (Deuteronomio 7, 22)

  • El Señor mandará contra ti maldición, angustia y pánico en todas tus empresas, y en poco tiempo serás totalmente destruido por haberlo abandonado con tus malas acciones. (Deuteronomio 28, 20)

  • Sembrarás mucho, pero cosecharás poco, porque la langosta lo devorará. (Deuteronomio 28, 38)

  • Él le dijo: "Dame de beber un poco de agua, por favor, porque tengo sed". Ella abrió el odre de la leche, le dio de beber y lo cubrió de nuevo. (Jueces 4, 19)

  • Los hartos se contratan por un poco de pan, mientras que los hambrientos ya no se fatigan. La mujer estéril tiene siete hijos, y la madre fecunda se marchita. (I Samuel 2, 5)

  • Jonatán respondió: "Mi padre ha causado mucho mal al país; mirad cómo mis ojos se han iluminado cuando yo he gustado un poco de miel. (I Samuel 14, 29)

  • Saúl preguntó a Jonatán: "Dime qué has hecho". Jonatán respondió: "He gustado solamente un poco de miel con la punta del bastón que tenía en mi mano. Aquí estoy dispuesto a morir". (I Samuel 14, 43)

  • Los siervos de Saúl dijeron todo esto en secreto a David. David les respondió: "¿Os parece poca cosa llegar a ser yerno del rey? Yo soy poco y de baja condición". (I Samuel 18, 23)

  • ¿Acaso es hoy cuando he comenzado a consultar a Dios por él? Lejos de mí todo otro pensamiento. Que el rey no haga cargo alguno a su siervo y a toda su familia, porque tu siervo no sabe de todo este asunto ni poco ni mucho". (I Samuel 22, 15)

  • Y aun esto es todavía poco para ti, Señor, y extiendes también tu promesa a la casa de tu siervo para un futuro lejano, para la duración misma de la humanidad. (II Samuel 7, 19)

  • te he dado la casa de tu señor y puse en tus brazos las mujeres de tu señor, y te he dado la casa de Israel y de Judá, y, por si esto fuera poco, te añadiré todavía más. (II Samuel 12, 8)

  • y seiscientos escudos más pequeños de oro batido, empleando poco más de kilo y medio por cada uno. Y el rey los puso en la sala "Bosque del Líbano". (I Reyes 10, 17)


“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina