Encontrados 289 resultados para: otra

  • Su compañero le contestó: "Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, de Israel. Dios ha entregado en su mano a los madianitas y a todo el campamento". (Jueces 7, 14)

  • Entonces Manóaj oró así al Señor: "Te suplico, Señor mío, que el hombre de Dios que enviaste vuelva otra vez y nos diga lo que debemos hacer con el niño que va a nacer". (Jueces 13, 8)

  • Dios escuchó la súplica de Manóaj, y el ángel del Señor se apareció otra vez a la mujer cuando estaba en el campo; no estaba con ella su marido. (Jueces 13, 9)

  • Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba el edificio, e hizo fuerza sobre ellas, sobre una con la mano derecha y sobre la otra con la mano izquierda. (Jueces 16, 29)

  • y Fineés, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba a su servicio. Ellos preguntaron: "¿Saldremos otra vez a luchar contra nuestros hermanos de Benjamín, o nos damos por vencidos?". El Señor contestó: "Id, porque mañana los entregaré en vuestras manos". (Jueces 20, 28)

  • que se casaron con dos moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut. (Rut 1, 4)

  • Tenía dos mujeres: una llamada Ana, y la otra, Peniná. Peniná tenía hijos; Ana no los tenía. (I Samuel 1, 2)

  • otra el camino de Bejorón, y la tercera el camino del alto que domina el valle de Seboín, hacia el desierto. (I Samuel 13, 18)

  • Al día siguiente de la nueva luna, otra vez quedó vacío el sitio de David. Y Saúl preguntó a su hijo Jonatán: "¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Jesé ni ayer ni hoy?". (I Samuel 20, 27)

  • El sacerdote respondió: "La espada de Goliat, el filisteo, a quien mataste en el valle del Terebinto; ahí está envuelta en un paño detrás del efod. Si quieres, puedes llevártela, porque aquí no hay más que ésa". David respondió: "Dámela; no hay otra como ella". (I Samuel 21, 10)

  • Todo el mundo vino a invitar a David para que comiera algo, pues todavía era de día; pero David hizo este juramento: "Que Dios me castigue si como pan o cualquier otra cosa antes de ponerse el sol". (II Samuel 3, 35)

  • Hubo otra batalla en Gob contra los filisteos, en la que Sibecay, el jusatita, mató a Saf, un descendiente de los gigantes. (II Samuel 21, 18)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina