Encontrados 675 resultados para: ojos
Por la mañana dirás: ¡Ojalá que ya fuera de noche! Y por la tarde dirás: ¡Ojalá que ya fuera de día!, por el pavor que se habrá apoderado de tu corazón y por las cosas que verán tus ojos. (Deuteronomio 28, 67)
Pero hasta la fecha, el Señor no os ha dado inteligencia para entender, ojos para ver y oídos para escuchar. (Deuteronomio 29, 3)
Pues estoy seguro que después de mi muerte os pervertiréis y os alejaréis del camino que yo os tengo prescrito, y que la desgracia os alcanzará en el futuro por haber hecho lo malo a los ojos del Señor, irritándole con vuestra conducta". (Deuteronomio 31, 29)
Encontró a su pueblo en el desierto, en la soledad rugiente de la desolación. Lo abrazó y se cuidó de él; lo guardó como la niña de sus ojos. (Deuteronomio 32, 10)
Y le dijo: "Ésta es la tierra que yo juré a Abrahán, Isaac y Jacob en estos términos: Se la daré a tu descendencia. Te la hago ver con tus ojos, pero no entrarás en ella". (Deuteronomio 34, 4)
Moisés tenía ciento veinte años cuando murió. No se habían apagado sus ojos ni se había debilitado su vigor. (Deuteronomio 34, 7)
ni por su mano poderosa y las grandes hazañas que realizó a los ojos de todo Israel. (Deuteronomio 34, 12)
En aquel día el Señor engrandeció a Josué a los ojos de todo Israel y lo respetaron, como habían respetado a Moisés, todos los días de su vida. (Josué 4, 14)
Estando un día Josué cerca de Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre delante de él con la espada desenvainada en su mano. Josué se le acercó y le dijo: "¿Eres de los nuestros o de los enemigos?". (Josué 5, 13)
estad seguros de que el Señor, vuestro Dios, no echará de vuestra presencia a estos pueblos y serán para vosotros una red, un lazo, un látigo en vuestros costados y espinas en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta buena tierra que el Señor, vuestro Dios, os ha dado. (Josué 23, 13)
Entonces ellos clamaron al Señor, y él puso densas tinieblas entre vosotros y los egipcios e hizo volver sobre ellos el mar, que los sumergió. Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos lo que hice en Egipto; después vivisteis mucho tiempo en el desierto. (Josué 24, 7)
porque el Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de Egipto, de la casa de la esclavitud; ha realizado ante nuestros ojos estos grandes prodigios y nos ha protegido durante todo el camino que hemos recorrido y en todos los pueblos por los que hemos pasado. (Josué 24, 17)