Encontrados 542 resultados para: nuestro

  • Que Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesucristo me encaminen felizmente hacia vosotros. (I Tesalonicenses 3, 11)

  • Que él fortalezca vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, para cuando venga Jesús, nuestro Señor, con todos los suyos. (I Tesalonicenses 3, 13)

  • Dios no nos ha destinado al castigo, sino a la adquisición de la salvación por nuestro Señor Jesucristo, (I Tesalonicenses 5, 9)

  • Que el Dios de la paz os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea conservado irreprochablemente para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Tesalonicenses 5, 23)

  • La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros. (I Tesalonicenses 5, 28)

  • Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios, nuestro Padre, y en Jesucristo, el Señor. (II Tesalonicenses 1, 1)

  • Hermanos, es nuestro deber y es de justicia dar gracias a Dios por vosotros, por los grandes progresos de vuestra fe y por el amor cada vez más grande que os tenéis unos a otros, (II Tesalonicenses 1, 3)

  • entre llamas de fuego, para tomar venganza de los que no conocen a Dios y no obedecen al evangelio de Jesús, nuestro Señor. (II Tesalonicenses 1, 8)

  • cuando aquel día se presente glorioso entre los suyos y admirable para todos los que creyeron. Ahora bien, vosotros habéis recibido nuestro testimonio. (II Tesalonicenses 1, 10)

  • En este sentido pedimos sin cesar por vosotros: que nuestro Dios os haga dignos de vuestra vocación y que con su poder lleve a término todos vuestros buenos deseos y la obra de vuestra fe. (II Tesalonicenses 1, 11)

  • De este modo el nombre de Jesús, nuestro Señor, será glorificado entre vosotros, y vosotros lo seréis en él con la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor. (II Tesalonicenses 1, 12)

  • Hermanos, respecto de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos (II Tesalonicenses 2, 1)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina