Encontrados 458 resultados para: nadie

  • Nadie tomará en prenda las dos piezas de su molino, ni siquiera la piedra superior, pues sería tomar en prenda la vida. (Deuteronomio 24, 6)

  • El Señor abrirá para ti su maravilloso tesoro, los cielos, para dar a su tiempo la lluvia a tu tierra y bendecir las obras de tus manos. Prestarás a muchas gentes y de nadie tomarás prestado. (Deuteronomio 28, 12)

  • Tu cadáver será pasto de las aves del cielo y de todas las bestias de la tierra, sin que nadie las espante. (Deuteronomio 28, 26)

  • de suerte que en pleno día andarás a tientas, como anda el ciego en las tinieblas, y no tendrás éxito en ninguna de tus empresas, sino que te verás siempre oprimido y despojado, sin que nadie te socorra. (Deuteronomio 28, 29)

  • Tu buey será degollado ante tus propios ojos, y no lo podrás comer; te quitarán tu asno, y no te lo devolverán; tus enemigos se llevarán tus ovejas, y nadie te socorrerá. (Deuteronomio 28, 31)

  • Ved ahora que soy yo, que soy el único, y que no hay Dios alguno más que yo. Soy yo el dueño de la muerte y de la vida. Yo hiero y yo curo. No hay nadie que se libre de mi mano. (Deuteronomio 32, 39)

  • El Señor lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet Fegor, y nadie hasta hoy conoce su tumba. (Deuteronomio 34, 6)

  • Nadie podrá resistir ante ti mientras vivas; yo estaré contigo como estuve con Moisés; no te dejaré ni te abandonaré. (Josué 1, 5)

  • Jericó estaba fuertemente custodiada contra los israelitas; nadie salía ni entraba en ella. (Josué 6, 1)

  • No quedó nadie en Ay que no saliese a perseguir a Israel. Por perseguirlos dejaron indefensa la ciudad. (Josué 8, 17)

  • Todo el pueblo volvió sano y salvo junto a Josué, en Maqueda. Nadie se atrevió a hacer nada contra los israelitas. (Josué 10, 21)

  • Viendo que nadie me socorría, expuse mi vida, ataqué a los amonitas y el Señor los entregó en mi mano. ¿Por qué venís ahora a hacerme la guerra?". (Jueces 12, 3)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina