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  • ¿por qué profanáis los sacrificios y las ofrendas que yo he mandado, y tienes en mayor estima a tus hijos que a mí, tomando para vosotros lo mejor de las ofrendas de mi pueblo Israel? (I Samuel 2, 29)

  • Pero Saúl y su ejército perdonaron la vida a Agag y a lo mejor de las ovejas y de las vacas, a las más gordas y a los corderos; es decir, respetaron todo lo de valor, pero destruyeron lo que no valía nada. (I Samuel 15, 9)

  • Saúl respondió: "Han sido traídos de Amalec, porque el pueblo ha perdonado lo mejor de las ovejas y de las vacas para ofrecerlo en sacrificio al Señor, tu Dios; lo demás lo hemos destruido". (I Samuel 15, 15)

  • Pero el pueblo se quedó con el botín, ovejas y vacas, lo mejor de lo consagrado al exterminio, para ofrecerlo en sacrificio al Señor en Guilgal". (I Samuel 15, 21)

  • Samuel le dijo: "El Señor arranca hoy de ti tu reinado sobre Israel y se lo dará a un vecino tuyo, que es mejor que tú. (I Samuel 15, 28)

  • Después dijo a David: "Tú eres mejor que yo, porque tú me has hecho el bien y yo te hago el mal. (I Samuel 24, 18)

  • David se dijo: "Cualquier día voy a perecer a manos de Saúl; nada mejor para mí que refugiarme en el país de los filisteos. Así Saúl desistirá de perseguirme en el territorio de Israel y escaparé de su mano". (I Samuel 27, 1)

  • Pero los jefes de los filisteos se indignaron contra él y le dijeron: "Haz que ese hombre vuelva al lugar que le has asignado. Que no venga con nosotros a la guerra, no sea que se vuelva contra nosotros en el combate. ¿Cómo podría este hombre congraciarse con su señor, mejor que con la cabeza de nuestros hombres? (I Samuel 29, 4)

  • Absalón le respondió: "Te he mandado a decir que vinieses para enviarte al rey con este mensaje: ¿Para qué he venido de Guesur? Me hubiera sido mejor estar todavía allí. Quiero ver al rey; y, si tengo culpa, que me mate". (II Samuel 14, 32)

  • Absalón y todos los israelitas dijeron: "El consejo de Jusay, el arquita, es mejor que el de Ajitófel". El Señor había decidido traer la ruina sobre Absalón. (II Samuel 17, 14)

  • El ejército respondió: "No, tú no debes ir, porque si nosotros nos damos a la fuga, nadie se fijaría en nosotros; pero tú eres como diez mil hombres entre nosotros. Y es mejor que te quedes en la ciudad para venir a socorrernos". (II Samuel 18, 3)

  • Él se internó en el desierto una jornada de camino y fue a sentarse bajo una retama, deseándose la muerte y diciendo: "¡Ya basta, oh Señor! Quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres". (I Reyes 19, 4)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina