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  • todo Egipto está a tu disposición. Instala a tu padre y a tus hermanos en lo mejor del país; que se queden en la región de Gosen y, si sabes que entre ellos hay hombres de valía, ponlos de mayorales de mis ganados". (Génesis 47, 6)

  • José instaló a su padre y a sus hermanos, y les dio propiedades en Egipto, en lo mejor del país, en el distrito de Rameses, como había ordenado el Faraón. (Génesis 47, 11)

  • Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, se decían: "A lo mejor ahora José nos aborrece y se cobra todo el mal que le hicimos". (Génesis 50, 15)

  • ¿No te decíamos en Egipto: No te preocupes de nosotros, pues queremos servir a los egipcios? Porque ¿no es, acaso, mejor servir a los egipcios que morir en el desierto?". (Exodo 14, 12)

  • Si uno deja pastar su ganado en el campo o en la viña de otro, resarcirá el daño con lo mejor de su campo o de su viña. (Exodo 22, 4)

  • Dirás al pueblo: Santificaos para mañana y comeréis carne, ya que os habéis quejado a los oídos del Señor, diciendo: ¡Quién nos diera carne para comer! ¡Estábamos mejor en Egipto! Pues bien, el Señor os dará carne para comer. (Números 11, 18)

  • ¿Por qué nos lleva el Señor a esa tierra a morir bajo la espada y entregar nuestras mujeres y nuestros hijos como botín de guerra? ¿No sería mejor volver a Egipto?". (Números 14, 3)

  • Todo lo mejor del aceite, del mosto y del trigo; estas primicias que ellos ofrecen al Señor, te las doy. (Números 18, 12)

  • Dirás a los levitas: Lo mejor que habéis reservado de entre vuestros diezmos os será considerado a vosotros, levitas, como el diezmo sobre el fruto de la era y el producto del lagar. (Números 18, 30)

  • Una vez ofrecido lo mejor de vuestros diezmos, no incurriréis ya en culpa ni profanaréis las cosas consagradas por los israelitas, y no moriréis". (Números 18, 32)

  • con lo mejor que hace crecer el sol, con los frutos que hace brotar la luna, (Deuteronomio 33, 14)

  • con las primicias de las viejas montañas, con lo mejor de los collados eternos, (Deuteronomio 33, 15)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina