Encontrados 258 resultados para: libro sagrado

  • a fin de que sepáis distinguir entre lo sagrado y lo profano, lo puro y lo impuro, (Levítico 10, 10)

  • Las comeréis en lugar sagrado, porque es porción reservada para ti y tus hijos de las ofrendas quemadas en honor del Señor. Ésta es la orden que yo he recibido. (Levítico 10, 13)

  • se lavará el cuerpo con agua en lugar sagrado, se revestirá de nuevo y saldrá para ofrecer su holocausto y el del pueblo, para hacer el rito de absolución por sí mismo y por el pueblo, (Levítico 16, 24)

  • "Si el voto se refiere a animales que pueden ser presentados como ofrenda al Señor, entonces todo animal ofrecido en voto al Señor es sagrado; (Levítico 27, 9)

  • Por eso se dice en el Libro de las guerras del Señor: "... Vaheb en Sufá y el valle del Arnón, (Números 21, 14)

  • Guárdate de ofrecer holocaustos en cualquier lugar sagrado que veas. (Deuteronomio 12, 13)

  • No siembres en tu viña más de una clase de simiente, no sea que todo sea declarado sagrado, lo que sembraste y la cosecha de la viña. (Deuteronomio 22, 9)

  • Si no pones en práctica todas las palabras de esta ley, escrita en este libro; si no respetas este glorioso e imponente nombre del Señor, tu Dios, (Deuteronomio 28, 58)

  • Más aún; el Señor enviará sobre ti, hasta que seas exterminado, toda clase de enfermedades y calamidades que no están escritas en el libro de la ley. (Deuteronomio 28, 61)

  • el Señor no le perdonará, sino que la ira y la indignación del Señor se encenderán contra él, y todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él hasta borrar su nombre de debajo de los cielos. (Deuteronomio 29, 19)

  • El Señor lo separará de las tribus de Israel para su perdición, según las maldiciones de la alianza escritas en este libro de la ley. (Deuteronomio 29, 20)

  • Por eso la ira del Señor se encendió contra esta tierra hasta hacer venir sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro. (Deuteronomio 29, 26)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina