Encontrados 377 resultados para: hijas de Sion

  • En tierra están sentados y enmudecen los ancianos de la hija de Sión; han esparcido ceniza en su cabeza, se han vestido de sayal; doblegan su cabeza hasta la tierra las doncellas de Jerusalén. (Lamentaciones 2, 10)

  • ¿A quién te compararé? ¿A quién te haré semejante, oh hija de Jerusalén? ¿Quién te podrá salvar y confortar, oh virgen, hija de Sión? Grande como el mar es tu ruina, ¿quién te podrá curar? (Lamentaciones 2, 13)

  • ¡Grita por ti al Señor, oh virgen, hija de Sión; deja correr como un torrente tu llanto de día y de noche; no te des tregua a ti misma, ni descanse la pupila de tus ojos! (Lamentaciones 2, 18)

  • Me duelen mis ojos ante el espectáculo de todas las hijas de mi ciudad. (Lamentaciones 3, 51)

  • Los hijos de Sión, preciosos, estimados como el oro fino, ¡ay, son tratados como vasos de arcilla, obra de manos de alfarero! (Lamentaciones 4, 2)

  • Hasta los chacales presentan las ubres, dan de mamar a sus cachorros; las hijas de mi pueblo se han hecho crueles como las avestruces del desierto. (Lamentaciones 4, 3)

  • El Señor ha desahogado su furor, el ardor de su ira ha descargado; un fuego ha encendido en Sión, que la ha devorado hasta sus cimientos. (Lamentaciones 4, 11)

  • Tu castigo ha terminado, oh hija de Sión, no volverá él a desterrarte. ¡Pero castigará tu iniquidad, hija de Edón, pondrá al desnudo tus pecados! (Lamentaciones 4, 22)

  • Han violado en Sión a las mujeres, a las doncellas en las ciudades de Judá. (Lamentaciones 5, 11)

  • por el monte Sión, que está desolado, y en el que merodean los chacales. (Lamentaciones 5, 18)

  • Vio ella desencadenarse contra vosotros la cólera de Dios, y dijo: Escuchad, vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor. (Baruc 4, 9)

  • He visto el cautiverio de mis hijos y mis hijas, que el eterno les mandó. (Baruc 4, 10)


“O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina