Encontrados 79 resultados para: haciendo

  • presentando vuestras ofrendas, haciendo pasar por el fuego a vuestros hijos; os contamináis con todos vuestros ídolos hasta el día de hoy, ¿y queréis que me deje consultar por vosotros, oh casa de Israel? Vivo yo, dice el Señor Dios, que no me he de dejar consultar por vosotros. (Ezequiel 20, 31)

  • El pueblo me dijo: "Explícanos qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo". (Ezequiel 24, 19)

  • Actuará con perfidia aun contra quien se ha aliado con él, y se irá haciendo fuerte, aunque con poca gente. (Daniel 11, 23)

  • y para preguntar a los sacerdotes del templo del Señor todopoderoso y a los profetas lo siguiente: "¿Debo continuar guardando luto y ayunando el mes quinto como lo vengo haciendo tantos años?". (Zacarías 7, 3)

  • Por eso llamamos felices a los orgullosos, que, aun haciendo el mal, progresan, provocan a Dios y quedan sin castigo". (Malaquías 3, 15)

  • Y el espíritu, dando gritos y haciendo que el muchacho se retorciera violentamente, salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto. (Marcos 9, 26)

  • Fueron y recorrieron las aldeas, anunciando la buena nueva y haciendo curaciones por todas partes. (Lucas 9, 6)

  • Y él les dijo: "Id y decid a ese zorro: Hoy y mañana seguiré echando demonios y haciendo curaciones, y pasado mañana terminaré. (Lucas 13, 32)

  • cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y llenó de poder a Jesús de Nazaret, el cual pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el demonio, porque Dios estaba con él. (Hechos 10, 38)

  • Pablo se levantó y, haciendo con la mano señal de silencio, dijo: "Israelitas y los que sois fieles a Dios, escuchad. (Hechos 13, 16)

  • sin embargo, no ha cesado jamás de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, mandándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas y saciándoos de comida y llenando vuestros corazones de felicidad". (Hechos 14, 17)

  • Quiero hacer el bien, y me encuentro haciendo el mal. (Romanos 7, 21)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina