Encontrados 475 resultados para: espíritu

  • Y a nosotros nos lo manifestó Dios por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo penetra todo, hasta las cosas más profundas de Dios. (I Corintios 2, 10)

  • ¿Qué hombre, en efecto, conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? De la misma manera, nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. (I Corintios 2, 11)

  • Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios generosamente nos ha dado. (I Corintios 2, 12)

  • Hablamos de esto con un lenguaje que no nos ha enseñado la sabiduría humana, sino el Espíritu, que expresa las cosas espirituales en términos espirituales. (I Corintios 2, 13)

  • El hombre mundano no acepta las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él, y no puede entenderlas, ya que hay que juzgarlas espiritualmente. (I Corintios 2, 14)

  • ¿No sabéis que sois templos de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; (I Corintios 3, 16)

  • que congregados en nombre de nuestro Señor Jesucristo, vosotros y mi espíritu, y con el poder de Jesús, Señor nuestro, este tal (I Corintios 5, 4)

  • Eso erais antes algunos; pero habéis sido lavados, consagrados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. (I Corintios 6, 11)

  • Pero el que se une al Señor es un solo espíritu con él. (I Corintios 6, 17)

  • ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros, y que habéis recibido de Dios? Ya no os pertenecéis a vosotros mismos. (I Corintios 6, 19)

  • Pero, a mi parecer, será más feliz si continúa como está; ésta es mi opinión; y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios. (I Corintios 7, 40)

  • Por eso os manifiesto que nadie, movido por el Espíritu de Dios, puede decir: "Maldito sea Jesús"; y nadie puede decir: "Jesús es el Señor", si no es movido por el Espíritu. (I Corintios 12, 3)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina