Encontrados 317 resultados para: eran

  • La medida y la forma eran las mismas para ambos querubines. (I Reyes 6, 25)

  • Los dos batientes de la puerta eran de madera de olivo, y sobre ellos hizo esculpir entalladuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores, recubriéndolas de oro, incluso los querubines y las palmas. (I Reyes 6, 32)

  • Todas las puertas y ventanas eran de marco cuadrangular, y las tres series se correspondían unas enfrente de otras. (I Reyes 7, 5)

  • Los fundamentos eran de piedras costosas, grandes piedras de cuatro y cinco metros; (I Reyes 7, 10)

  • La basa tenía en la parte superior interna una cavidad de medio metro de altura; la cavidad era redonda, hecha a la forma del aguamanil, y también sobre esa cavidad había entalladuras. Los paneles eran cuadrados, no redondos. (I Reyes 7, 31)

  • Las ruedas eran como las de carro; y los ejes, llantas, rayos y cubos, todo de bronce. (I Reyes 7, 33)

  • los calderos, las palas y los aspersorios. Todos estos utensilios que Jirán hizo al rey para el templo del Señor eran de bronce bruñido. (I Reyes 7, 45)

  • Las barras eran tan largas que se podían ver sus extremidades desde la nave central que estaba delante del lugar santísimo, aunque no desde fuera. Allí han estado hasta el presente. (I Reyes 8, 8)

  • A los israelitas no les impuso trabajos forzados: ellos eran sus guerreros, cortesanos, generales, prefectos y capitanes de carros y caballería. (I Reyes 9, 22)

  • Los jefes y los capataces que tenía el rey Salomón al mando de los obreros eran quinientos cincuenta. (I Reyes 9, 23)

  • Todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla del palacio "Bosque del Líbano", de oro fino. No había nada de plata, pues la plata no se estimaba en tiempo del rey Salomón. (I Reyes 10, 21)

  • Ajab entonces pasó revista a los asistentes de los jefes de las provincias, y se contaron doscientos treinta y dos. Después de ellos revistó a toda la gente, todos los israelitas, que eran siete mil. (I Reyes 20, 15)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina