Encontrados 127 resultados para: dieron

  • Colocaron los panes sobre la mesa, colgaron las cortinas, y así dieron fin a los trabajos. (I Macabeos 4, 51)

  • Les dieron cartas de recomendación para las autoridades de cada país, para que les permitieran seguir en paz hasta el país de Judá. (I Macabeos 12, 4)

  • recuperaron el templo, célebre en toda la tierra, dieron libertad a la ciudad y restablecieron las leyes a punto de ser abolidas, mostrándoseles propicio el Señor con toda benignidad, (II Macabeos 2, 22)

  • Cuando el rey llegó a Tiro, tres hombres enviados por el consejo de ancianos le dieron cuenta de aquellas crueldades. (II Macabeos 4, 44)

  • Los mismos de Tiro, indignados por un crimen semejante, les dieron honorífica sepultura. (II Macabeos 4, 49)

  • Después, mientras celebraban el triunfo por la victoria en Jerusalén, quemaron vivos a los que, con Calístenes, habían incendiado las puertas del templo, los cuales se habían escondido en una casita. Así le dieron el pago merecido por su impiedad. (II Macabeos 8, 33)

  • Dieron el asalto valerosamente y se apoderaron de las plazas fuertes; rechazaron a los que venían en su auxilio, degollaron a cuantos cayeron en sus manos y mataron a más de veinte mil. (II Macabeos 10, 17)

  • Al presentarse la primera división de Judas, el miedo y el pánico se apoderó de los enemigos como consecuencia de una aparición de aquel que todo lo ve. Se dieron a la fuga, unos por un lado, otros por otro, de forma que eran arrastrados por sus propios compañeros y heridos por sus mismas espadas. (II Macabeos 12, 22)

  • Como dio muchas seguridades de que los devolvería a todos sanos y salvos, le dieron libertad para salvar la de sus hermanos. (II Macabeos 12, 25)

  • Pero los judíos que vivían allí dieron garantías de la simpatía de los escitopolitanos para con los judíos y de que, en los días de desgracia, habían tenido con ellos muchas deferencias. (II Macabeos 12, 30)

  • Judas y sus hombres les dieron las gracias, encareciéndoles que fueran siempre benévolos con su pueblo; después se volvieron a Jerusalén, pues ya estaba cercana la fiesta de pentecostés. (II Macabeos 12, 31)

  • Muchos se perdieron por amor del oro, y dieron de bruces con su perdición. (Eclesiástico 31, 6)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina