Encontrados 442 resultados para: descendientes de Aarón

  • Respecto de los sacerdotes, descendientes de Aarón, que vivían en los campos de las respectivas ciudades, había en cada ciudad hombres expresamente designados para hacer las distribuciones a todo varón entre los sacerdotes y a todos los levitas inscritos. (II Crónicas 31, 19)

  • Finalmente, los levitas prepararon la parte correspondiente para ellos y para los sacerdotes, descendientes de Aarón, los cuales habían estado ocupados en la ofrenda de los holocaustos y de las grasas hasta la noche; por eso los levitas prepararon la parte correspondiente para ellos y para los sacerdotes, hijos de Aarón. (II Crónicas 35, 14)

  • descendientes de Parós, dos mil ciento setenta y dos; (Esdras 2, 3)

  • de Ater, esto es, los descendientes de Ezequías, noventa y ocho; (Esdras 2, 16)

  • Descendientes de los sirvientes de Salomón: de Sotay, de Soféret, de Perudá, (Esdras 2, 55)

  • Total de los sirvientes del templo y de los descendientes de los sirvientes de Salomón: trescientos noventa y dos. (Esdras 2, 58)

  • los descendientes de Delayas, de Tobías, de Necodá: seiscientos cincuenta y dos. (Esdras 2, 60)

  • Y entre los sacerdotes: los descendientes de Jobayas, de Hacós, de Barzilay, el cual se había casado con una de las hijas de Barzilay, el galaadita, cuyo nombre adoptó. (Esdras 2, 61)

  • de Abisúa, de Fineés, de Eleazar, hijo del sumo sacerdote Aarón, (Esdras 7, 5)

  • De los descendientes de Fineés, Guersón; de los de Itamar, Daniel; de los de David, Jatús, hijo de Secanías; (Esdras 8, 2)

  • nos trajeron también a Jasabías y a su hermano Isaías, descendientes de Merarí, con sus hijos respectivos: veinte personas en total; (Esdras 8, 19)

  • Ésta es la relación de los miembros del sacerdocio que se habían casado con mujeres extranjeras. Entre los descendientes de Josué, hijo de Yosadac, y entre sus hermanos: Maasías, Eliezer, Yarib y Guedalías. (Esdras 10, 18)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina