Encontrados 1067 resultados para: descendencia de David

  • acerca de su Hijo (nacido de la estirpe de David según la carne, (Romanos 1, 3)

  • Así también David llama bienaventurado al hombre a quien Dios le cuenta la justicia independientemente de las obras: (Romanos 4, 6)

  • A Abrahán y a su descendencia le fue hecha la promesa de ser él el heredero del mundo, no por la ley, sino por la justicia que viene de la fe. (Romanos 4, 13)

  • Por esto la justicia viene de la fe, para que sea gratuita, a fin de que sea firme la promesa a toda la descendencia; no sólo a la que es por la fe de Abrahán, el cual es padre de todos nosotros, (Romanos 4, 16)

  • Abrahán, apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchos pueblos, tal y como Dios había dicho: Así será tu descendencia. (Romanos 4, 18)

  • no todos los descendientes de Abrahán son hijos suyos. Lo que se dijo fue esto: Tu descendencia se perpetuará por medio de Isaac. (Romanos 9, 7)

  • Ya el mismo Isaías había predicho: Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado descendencia, seríamos como Sodoma, iguales a Gomorra. (Romanos 9, 29)

  • Yo pregunto: ¿Es que Dios ha rechazado a su pueblo? De ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abrahán, de la tribu de Benjamín. (Romanos 11, 1)

  • Y David dice: Que su mesa se convierta en un lazo para ellos, en trampa, en tropiezo y en castigo; (Romanos 11, 9)

  • Ahora bien, Dios hizo las promesas a Abrahán y a su descendencia. No dice "a tus descendientes", como si fueran muchos, sino a tu descendencia, refiriéndose a Cristo. (Gálatas 3, 16)

  • Y si vosotros sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán, herederos según la promesa. (Gálatas 3, 29)

  • Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, del linaje de David, según el evangelio que predico, (II Timoteo 2, 8)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina