Encontrados 411 resultados para: derrota de los reyes amorreos
Ben Hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército y, acompañado de treinta y dos reyes con carros y caballos, fue a sitiar Samaría y la atacó. (I Reyes 20, 1)
Cuando Ben Hadad se enteró de esta respuesta, estaba con los reyes, bebiendo en las tiendas, y mandó a sus súbditos: "¡A formar!". Y formaron contra la ciudad. (I Reyes 20, 12)
Al mediodía se hizo una salida, mientras que Ben Hadad estaba en sus tiendas bebiendo y borracho, con los treinta y dos reyes que le ayudaban. (I Reyes 20, 16)
Haz esto: quita a cada uno de los reyes de su puesto y pon en su lugar prefectos. (I Reyes 20, 24)
Sus súbditos le dijeron: "Mira, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes clementes; deja que nos pongamos sayales en los lomos y sogas al cuello y salgamos ante el rey de Israel. ¡Quién sabe si nos perdonará la vida!". (I Reyes 20, 31)
o cometiese tan grandes abominaciones dando culto a los ídolos, imitando a los amorreos, que el Señor había echado delante de los israelitas. (I Reyes 21, 26)
El resto de la historia de Ajab, todo cuanto hizo, la casa de marfil que edificó y las ciudades que construyó, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (I Reyes 22, 39)
El resto de la historia de Josafat, las proezas que realizó y las guerras que sostuvo están escritas en el libro de los anales de los reyes de Judá. (I Reyes 22, 46)
El resto de la historia de Ocozías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 1, 18)
Entonces el rey de Israel exclamó: "¡Ay! Sin duda que el Señor ha reunido a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab". (II Reyes 3, 10)
Eliseo dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver yo contigo? Vete a consultar a los profetas de tu padre y a los de tu madre". Pero el rey de Israel repuso: "Es que el Señor nos ha reunido a tres reyes para entregarnos en manos de Moab". (II Reyes 3, 13)
Por su parte, todos los moabitas, enterados de que los reyes avanzaban para luchar contra ellos, se concentraron todos, desde la edad de empuñar las armas para arriba, y se situaron en la frontera. (II Reyes 3, 21)