Encontrados 174 resultados para: conversión de Pablo
sólo tenían contra él ciertas cuestiones acerca de su propia religión y de un tal Jesús, que ha muerto y que Pablo decía que estaba vivo. (Hechos 25, 19)
Pero Pablo ha apelado y quiere ser sometido al juicio de Augusto. He ordenado que lo custodien hasta que lo remita al César". (Hechos 25, 21)
Así pues, al día siguiente Agripa y Berenice llegaron con gran pompa y entraron en la audiencia con los jefes militares y las autoridades de la ciudad. Festo mandó que trajeran a Pablo. (Hechos 25, 23)
Agripa dijo a Pablo: "Tienes permiso para hablar en tu defensa". Entonces Pablo, con la mano extendida, presentó su defensa: (Hechos 26, 1)
Mientras así se defendía, Festo exclamó: "¡Estás loco, Pablo! Las muchas letras te hacen perder la cabeza". (Hechos 26, 24)
Pablo dijo: "No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que pronuncio palabras de verdad y de sensatez. (Hechos 26, 25)
Agripa dijo a Pablo: "Por poco me persuades a hacerme cristiano". (Hechos 26, 28)
Pablo repuso: "¡Quisiera Dios que, por poco o por mucho, no sólo tú, sino todos los que me escuchan hoy, fueran en todo como yo, menos en estas cadenas!". (Hechos 26, 29)
Cuando se decidió que embarcásemos para Italia, entregaron a Pablo y algunos otros presos a un oficial de la legión Augusta, llamado Julio. (Hechos 27, 1)
Al día siguiente llegamos a Sidón; y Julio, que trataba con benevolencia a Pablo, le permitió ir a casa de sus amigos para que le cuidasen. (Hechos 27, 3)
Habíamos perdido mucho tiempo y la navegación era peligrosa, pues ya había entrado el otoño. Pablo les avisó: (Hechos 27, 9)
El oficial, sin embargo, se fiaba del piloto y del patrón del barco más que de lo que decía Pablo. (Hechos 27, 11)