Encontrados 89 resultados para: campos
golpeaos el pecho por los campos risueños, por las fértiles viñas, (Isaías 32, 12)
Sus casas pasarán a otros y también sus campos y sus mujeres, porque yo extenderé mi mano sobre los habitantes de esta tierra -dice el Señor-. (Jeremías 6, 12)
No salgáis a los campos, no andéis por los caminos; pues allí está la espada del enemigo, terror por todas partes. (Jeremías 6, 25)
Por eso daré a otros sus mujeres, sus campos a nuevos propietarios, porque desde el más chico al más grande todos están llenos de rapiña; desde el profeta al sacerdote, todos practican el engaño. (Jeremías 8, 10)
Los cadáveres de los hombres yacen como estiércol en los campos, como gavillas tras el segador, sin haber quién las recoja". (Jeremías 9, 21)
Y todo el valle de los cadáveres y de la ceniza, así como todos los campos a lo largo del torrente Cedrón, hasta el ángulo de la puerta de los Caballos por oriente, serán consagrados al Señor; no volverán a ser destruidos ni devastados jamás. (Jeremías 31, 40)
Porque esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Aún se comprarán casas, campos y viñas en este país. (Jeremías 32, 15)
Aún se comprarán campos en este país, del que afirmáis: "Es un desierto sin hombres ni animales; ha caído en manos de los caldeos". (Jeremías 32, 43)
Se comprarán campos por dinero, se redactarán contratos, se los sellará y se tomarán testigos en el territorio de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, en las de la montaña, en las del llano y en las del Negueb; porque haré cambiar su suerte -dice el Señor-". (Jeremías 32, 44)
ni edifiquéis casas, ni sembréis campos, ni plantéis viñas, ni tengáis posesiones; sino que durante toda vuestra vida habitaréis en tiendas, a fin de que podáis vivir largos días en el territorio en el que sois extranjeros. (Jeremías 35, 7)
ni nuestros hijos, ni nuestras hijas. No edificamos casas para vivir en ellas, ni poseemos viñas, campos ni sembrados, (Jeremías 35, 9)
En cambio, a la parte de la población que no poseía nada, Nebuzardán, jefe de la escolta, la dejó en la tierra de Judá, dándoles al mismo tiempo viñas y campos. (Jeremías 39, 10)