Encontrados 55 resultados para: alta

  • el sendero del águila en los cielos, el sendero de la serpiente sobre la roca, el sendero del navío en alta mar, el sendero del hombre en la doncella. (Proverbios 30, 19)

  • Entonces él descendía y levantaba las manos sobre la congregación del pueblo de Israel para dar en voz alta la bendición del Señor y tener el honor de pronunciar su nombre. (Eclesiástico 50, 20)

  • Entonces el general se adelantó y dijo en alta voz, en judío: "Escuchad las palabras del gran rey de Asiria. (Isaías 36, 13)

  • mandó golpear al profeta Jeremías y luego le puso en el cepo que estaba en la puerta de Benjamín, la más alta, en el templo del Señor. (Jeremías 20, 2)

  • Vete tú, y en el libro en que has escrito a mi dictado las palabras del Señor, léelas en alta voz al pueblo en el templo del Señor un día de ayuno, y léelas también a los judíos que vengan de sus ciudades. (Jeremías 36, 6)

  • Le dijeron: "Siéntate y léenoslo en alta voz". Baruc se lo leyó en alta voz. (Jeremías 36, 15)

  • Entonces el rey mandó a Yehudí a buscar el libro. Éste lo tomó de la sala del secretario Elisamá y se lo leyó en alta voz al rey y a todos los dignatarios reunidos en torno al monarca. (Jeremías 36, 21)

  • En alta mar se encuentran tus confines. Tus fundadores te hicieron de perfecta hermosura. (Ezequiel 27, 4)

  • A alta mar te condujeron tus remeros. Y el viento de levante te destrozó en el corazón de los mares. (Ezequiel 27, 26)

  • Éstas son las medidas del altar. La base, de medio metro de alta por medio de ancha. El bordillo, de veinticinco centímetros. Así la base del altar. (Ezequiel 43, 13)

  • El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de treinta metros de alta por tres de ancha; la levantó en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 1)

  • Abrieron la puerta, el rey echó una ojeada a la mesa y exclamó en alta voz: "Grande eres, Bel, y no hay en ti engaño alguno". (Daniel 14, 18)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina