Encontrados 137 resultados para: Palacio

  • La hermana de Tafnes le dio a luz un hijo, Guenubat, a quien crió Tafnes en el palacio del Faraón. Así vivió Guenubat en la casa del Faraón entre sus hijos. (I Reyes 11, 20)

  • Se apoderó de los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Todo se lo llevó, incluso los escudos de oro que había hecho el rey Salomón. (I Reyes 14, 26)

  • El rey Roboán hizo en su lugar otros escudos de bronce, que entregó a los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real. (I Reyes 14, 27)

  • Entonces Asá tomó la plata y el oro de los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y por medio de sus servidores los envió a Ben Hadad, hijo de Tabrimón y nieto de Jezyón, rey de Siria, que tenía su residencia en Damasco, con este mensaje: (I Reyes 15, 18)

  • Conspiró contra él su súbdito Zimrí, jefe de la mitad de los carros de guerra. Estaba en Tirsá bebiendo y borracho, en casa de Arsá, prefecto del palacio de Tirsá, (I Reyes 16, 9)

  • Cuando Zimrí vio que la ciudad estaba tomada, se refugió en la ciudadela del palacio real; le prendió fuego, y así murió (I Reyes 16, 18)

  • Nabot, el yezraelita, tenía una viña en Yezrael, junto al palacio de Ajab, rey de Samaría. (I Reyes 21, 1)

  • Ajab dijo a Nabot: "Dame tu viña, para que me sirva de huerto de hortaliza, ya que está contigua a mi palacio. Yo te daré en su lugar un huerto mejor, o, si lo prefieres, te daré su valor en dinero". (I Reyes 21, 2)

  • Ajab entró en su palacio triste e irritado porque Nabot, el yezraelita, no le había querido dar la herencia de sus padres. Se metió en la cama, volvió la cara a la pared y no probó bocado. (I Reyes 21, 4)

  • Pero luego se dijeron el uno al otro: "No debemos obrar así. Hoy es día de júbilo, y nosotros nos estamos callados. Si esperamos hasta el despuntar el día, incurriremos en un castigo. Vayamos a dar la noticia al palacio real". (II Reyes 7, 9)

  • Los centinelas transmitieron a gritos la noticia al interior del palacio real. (II Reyes 7, 11)

  • Así que el mayordomo de palacio, los grandes de la ciudad, los ancianos y los tutores mandaron a decir a Jehú: "Somos tus siervos; haremos lo que nos mandes. A nadie proclamaremos rey; haz lo que quieras". (II Reyes 10, 5)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina