Encontrados 336 resultados para: Libros de Reyes

  • "¿No ha sido acaso el incienso que quemasteis en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén vosotros, vuestros padres, vuestros reyes, vuestros príncipes y el pueblo del país lo que ha recordado el Señor, lo que le ha venido a la memoria? (Jeremías 44, 21)

  • Pondré mi trono en Elán y extirparé de allí a sus reyes y a sus jefes -dice el Señor-. (Jeremías 49, 38)

  • Viene un pueblo del norte, una gran nación; reyes numerosos se levantan desde los confines de la tierra. (Jeremías 50, 41)

  • Preparad naciones para atacarla, a los reyes de Media, a sus gobernadores, a todos sus sátrapas y a todo el territorio de su imperio. (Jeremías 51, 28)

  • Le habló amigablemente y le otorgó un trono más alto que el de los otros reyes que estaban con él en Babilonia; (Jeremías 52, 32)

  • No creían los reyes de la tierra, todos los habitantes del mundo, que el opresor y el enemigo atravesaría las puertas de Jerusalén. (Lamentaciones 4, 12)

  • para nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres. (Baruc 1, 16)

  • Por eso el Señor Dios nuestro ha cumplido la amenaza que había pronunciado contra nosotros, contra nuestros jueces que gobernaron a Israel, contra nuestros reyes y nuestros príncipes, contra las gentes de Israel y de Judá. (Baruc 2, 1)

  • No apoyamos en los méritos de nuestros padres y de nuestros reyes la misericordia que te suplicamos, oh Señor Dios nuestro. (Baruc 2, 19)

  • Pero nosotros no hicimos caso de tu invitación de servir al rey de Babilonia; y tú entonces has cumplido tus amenazas pronunciadas por medio de tus siervos los profetas; esto es, que los huesos de nuestros reyes y de nuestros padres serían sacados de sus sepulcros. (Baruc 2, 24)

  • No siendo otra cosa que madera, dorada o plateada, fácilmente se puede deducir de aquí que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes, resultará claro que no son dioses, sino hechura de manos de hombres, y que en ellos no hay ninguna operación divina. (Baruc 6, 50)

  • Son incapaces de maldecir a los reyes o de bendecirlos; (Baruc 6, 65)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina