Encontrados 367 resultados para: Hoy

  • Acuérdate del Señor, tu Dios: es él quien te ha dado esta fuerza y te ha procurado este poder, cumpliendo así hasta el día de hoy la alianza que hizo con tus padres. (Deuteronomio 8, 18)

  • El Señor puso entonces aparte la tribu de Leví, destinándola a llevar el arca de la alianza del Señor, a estar en su presencia, darle culto y bendecir en su nombre, como siguen haciendo hasta hoy. (Deuteronomio 10, 8)

  • que guardes sus mandamientos y sus leyes, que hoy te prescribo yo, para que seas feliz. (Deuteronomio 10, 13)

  • Sin embargo, sólo se unió con tus padres, y esto por amor; y después de ellos eligió a sus descendientes, vosotros mismos, entre todas las naciones, hasta el día de hoy. (Deuteronomio 10, 15)

  • Reconocedlo hoy -no se trata de vuestros hijos, que ni han conocido ni han visto-, reconoced las lecciones del Señor, vuestro Dios, la grandeza y la fuerza de su brazo poderoso, (Deuteronomio 11, 2)

  • lo que hizo con el ejército egipcio, con sus caballos y sus carros, que sepultó bajo las aguas del mar Rojo cuando os perseguían y lo destruyó hasta el día de hoy; (Deuteronomio 11, 4)

  • Guardad, pues, todos sus mandamientos que hoy os prescribo yo, para que seáis fuertes y conquistéis la tierra de la que vais a tomar posesión, (Deuteronomio 11, 8)

  • Si cumplís los mandamientos que yo os prescribo hoy, amando al Señor vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón y toda vuestra alma, (Deuteronomio 11, 13)

  • Grabad en vuestro corazón y en vuestra alma estas palabras que hoy os digo, atadlas a vuestras manos como señal y ponedlas como frontal entre vuestros ojos. (Deuteronomio 11, 18)

  • Mirad: yo os pongo hoy delante bendición y maldición. (Deuteronomio 11, 26)

  • Bendición, si obedecéis los mandamientos del Señor, vuestro Dios, que yo os prescribo hoy; (Deuteronomio 11, 27)

  • guardaréis y pondréis en práctica todos los mandamientos y prescripciones que hoy os propongo. (Deuteronomio 11, 32)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina