Encontrados 62 resultados para: Bendición

  • Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Tú serás una bendición: (Génesis 12, 2)

  • si mi padre me palpa, se dará cuenta de que le estoy engañando, y yo atraería sobre mí una maldición en lugar de la bendición". (Génesis 27, 12)

  • Pero éste respondió: "Tu hermano ha venido con engaño y se ha llevado tu bendición". (Génesis 27, 35)

  • Esaú continuó: "No por nada se llama Jacob; ya me ha suplantado dos veces. Se alzó con mi primogenitura, y ahora se ha llevado mi bendición". Y añadió: "¿No tienes ya bendición para mí?". (Génesis 27, 36)

  • Esaú dijo a su padre: "¿No tienes más que una sola bendición? Bendíceme también a mí, padre mío". Y alzó la voz y lloró. (Génesis 27, 38)

  • Desde entonces Esaú aborreció a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y se dijo: "Están próximos los días en que se hará el duelo por mi padre; entonces mataré a mi hermano Jacob". (Génesis 27, 41)

  • Que él te dé la bendición de Abrahán, a ti y a tus descendientes contigo, para que poseas la tierra en que resides, la que Dios dio a Abrahán". (Génesis 28, 4)

  • Desde el momento en que le puso al frente de su casa y de todo cuanto tenía, el Señor bendijo la casa del egipcio en consideración a José. La bendición del Señor alcanzó a todo cuanto poseía, tanto en la casa como en el campo. (Génesis 39, 5)

  • Todos éstos son las doce tribus de Israel, y esto lo que su padre les dijo cuando los bendijo a cada uno con su propia bendición. (Génesis 49, 28)

  • Moisés dijo: "Recibid hoy la investidura de parte del Señor, cada uno al precio de su hijo y de su hermano, y que él os dé hoy la bendición". (Exodo 32, 29)

  • Yo os enviaré mi bendición el sexto año, de suerte que la tierra produzca frutos para tres años. (Levítico 25, 21)

  • Mirad: yo os pongo hoy delante bendición y maldición. (Deuteronomio 11, 26)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina