Encontrados 571 resultados para: nuestro

  • Me dijo: "Déjame ir, por favor, porque es nuestro sacrificio de familia en la ciudad y mis hermanos me han reclamado. Así que, si he hallado gracia a tus ojos, déjame hacer una escapada para ver a mis hermanos." Por esto no ha venido a la mesa del rey.» (I Samuel 20, 29)

  • Uno de los servidores avisó a Abigaíl, mujer de Nabal, diciendo: «Mira que David ha enviado mensajeros desde el desierto para saludar a nuestro amo, y se ha lanzado contra ellos. (I Samuel 25, 14)

  • Date cuenta y mira lo que debes hacer, porque ya está decretada la ruina de nuestro amo y de toda la casa, y es un necio al que nada se puede decir. (I Samuel 25, 17)

  • Ya de antes, cuando Saúl era nuestro rey, eras tú el que dirigías las entradas y salidas de Israel. Yahveh te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, tú serás el caudillo de Israel.» (II Samuel 5, 2)

  • Ten fortaleza, esforcémonos por nuestr pueblo y por las ciudades de nuestro Dios y que Yahveh haga lo que bien le parezca.» (II Samuel 10, 12)

  • Pero Absalón, a quien ungimos por rey nuestro, ha muerto en la batalla. Así pues, ¿por qué estáis sin hacer nada para traer al rey?» (II Samuel 19, 11)

  • Pues ¿quién es Dios, fuera de Yahveh? ¿Quién Roca, sino sólo nuestro Dios? (II Samuel 22, 32)

  • Dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón: «¿No has oído que Adonías, hijo de Jagguit, se hace el rey sin saberlo David nuestro señor? (I Reyes 1, 11)

  • Jonatán respondió a Adonías: «Todo lo contrario. Nuestro señor el rey David ha proclamado rey a Salomón. (I Reyes 1, 43)

  • y los servidores del rey han ido a felicitar a nuestro rey David diciendo: Que tu Dios haga el nombre de Salomón más dichoso que tu propio nombre y haga su trono más grande que tu trono. El rey se ha prosternado en su lecho, (I Reyes 1, 47)

  • Que Yahveh, nuestro Dios, esté con nosotros como estuvo con nuestros padres, que no nos abandone ni nos rechace. (I Reyes 8, 57)

  • Que estas palabras con que he suplicado ante Yahveh permanezcan día y noche junto a Yahveh, nuestro Dios, para que dé lo justo a su siervo y justicia a su pueblo Israel, según las necesidades de cada día, (I Reyes 8, 59)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina