Encontrados 128 resultados para: mismos

  • Mientras el sumo sacerdote ofrecía el sacrificio de expiación, se aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos jóvenes, vestidos con la misma indumentaria y en pie le dijeron: «Da muchas gracias al sumo sacerdote Onías, pues por él te concede el Señor la gracia de vivir; (II Macabeos 3, 33)

  • Por esto mismo, una difícil situación les puso en aprieto, y tuvieron como enemigos y verdugos a los mismos cuya conducta emulaban y a quienes querían parecerse en todo. (II Macabeos 4, 16)

  • Pues así el Creador del mundo, el que modeló al hombre en su nacimiento y proyectó el origen de todas las cosas, os devolverá el espíritu y la vida con misericordia, porque ahora no miráis por vosotros mismos a causa de sus leyes.» (II Macabeos 7, 23)

  • con el auxilio del Señor, quedó humillado por los mismos que él despreciaba como los más viles; despojándose de sus galas, como un fugitivo a campo través, buscando la soledad llegó hasta Antioquía con mucha suerte, después del desastre de su ejército. (II Macabeos 8, 35)

  • Por público decreto y voto prescribieron que toda la nación de los judíos celebrara anualmente aquellos mismos días. (II Macabeos 10, 8)

  • pues es inútil tender la red a los ojos mismos de los pajarillos. (Proverbios 1, 17)

  • pues los que prometían expulsar miedos y sobresaltos de las almas enloquecidas, enloquecían ellos mismos con ridículos temores. (Sabiduría 17, 8)

  • sólo sobre ellos se extendía pesada noche, imagen de las tinieblas que les esperaban recibir. Aunque ellos a sí mismos se eran más pesados que las tinieblas. (Sabiduría 17, 21)

  • pero éstos, después de acoger con fiestas a los que ya participaban en los mismos derechos que ellos, los aplastaron con terribles trabajos. (Sabiduría 19, 16)

  • ¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos! (Isaías 5, 21)

  • Se derrumbaron, se desplomaron todos, no pudieron salvar la carga; ellos mismos van cautivos. (Isaías 46, 2)

  • Se inmola un buey, se abate un hombre, se sacrifica una oveja, se desnuca un perro, se ofrece en oblación sangre de cerdo, se hace un memorial de incienso, se bendice a los ídolos. Ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables halló su alma complacencia. (Isaías 66, 3)


“E’ na dor que o amor se torna mais forte.” São Padre Pio de Pietrelcina