Encontrados 128 resultados para: mismos
Y con todo, sólo de tus padres se prendó Yahveh y eligió a su descendencia después de ellos, a vosotros mismos, de entre todos los pueblos, como hoy sucede. (Deuteronomio 10, 15)
Pues vuestros mismos ojos han visto toda esta gran obra que Yahveh ha realizado. (Deuteronomio 11, 7)
las grandes pruebas que tus mismos ojos vieron, aquellas señales, aquellos grandes prodigios. (Deuteronomio 29, 2)
Josué dijo al pueblo: «Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahveh para servirle.» Respondieron ellos: «¡Testigos somos!» - (Josué 24, 22)
Los hermanos de su madre hablaron de él en los mismos términos a todos los señores de Siquem, y su corazón se inclinó hacia Abimélek, porque se decían: «Es nuestro hermano.» (Jueces 9, 3)
Ellos le dijeron: «Hemos bajado para amarrarte y entregarte en manos de los filisteos.» Sansón les dijo: «Juradme que no me vais a matar vosotros mismos.» (Jueces 15, 12)
Sacará el diezmo de vuestros rebaños y vosotros mismos seréis sus esclavos. (I Samuel 8, 17)
Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que Yahveh les había ordenado: «No haréis como ellas.» (II Reyes 17, 15)
Yismaías, de Gabaón, valeroso entre los Treinta y jefe de los mismos; (I Crónicas 12, 4)
Y ahora pensáis en someter a los hijos de Judá y de Jerusalén como siervos y siervas vuestros. ¿Es que vosotros mismos no sois culpables contra Yahveh vuestro Dios? (II Crónicas 28, 10)
ya que los levitas se habían purificado como un solo hombre, todos estaban puros; inmolaron, pues, la pascua para todos los deportados, para sus hermanos los sacerdotes y para sí mismos. (Esdras 6, 20)
entonces les dije: «Vosotros mismos veis la triste situación en que nos encontramos, pues Jerusalén está en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego. Vamos a reconstruir la muralla de Jerusalén, y no seremos más objeto de escarnio.» (Nehemías 2, 17)