Encontrados 5489 resultados para: alimento para el alma

  • Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; (Génesis 1, 14)

  • y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. (Génesis 1, 15)

  • Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; (Génesis 1, 16)

  • y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, (Génesis 1, 17)

  • y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. (Génesis 1, 18)

  • Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento. (Génesis 1, 29)

  • Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue. (Génesis 1, 30)

  • Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. (Génesis 2, 9)

  • Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. (Génesis 2, 15)

  • Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. (Génesis 2, 19)

  • El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. (Génesis 2, 20)

  • Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. (Génesis 3, 6)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina