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  • hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de viñas, tierra de aceite y de miel, y viviréis y no moriréis. Pero no escuchéis a Ezequías, porque os engaña diciendo: "Yahveh nos librará." (II Reyes 18, 32)

  • diciendo: «Yo te daré la tierra de Canaán, por parte de vuestra herencia», (I Crónicas 16, 18)

  • Aplicad ahora vuestro corazón y vuestra alma a buscar a Yahveh vuestro Dios. Levantaos y edificad el santuario de Yahveh Dios, para trasladar el arca de la alianza de Yahveh y los utensilios del santuario de Dios a la Casa que ha de edificarse al Nombre de Yahveh.» (I Crónicas 22, 19)

  • y dijo: «¡Atended vosotros, Judá entero y habitantes de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat! Así os dice Yahveh: No temáis ni os asustéis ante esa gran muchedumbre; porque esta guerra no es vuestra, sino de Dios. (II Crónicas 20, 15)

  • Ahora, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano a Yahveh, venid a su santuario, que él ha santificado para siempre; servid a Yahveh, vuestro Dios, y se apartará de vosotros el furor de su ira. (II Crónicas 30, 8)

  • «Así dice Senaquerib, rey de Asiria: ¿En qué ponéis vuestra confianza, para que permanezcáis cercados en Jerusalén? (II Crónicas 32, 10)

  • Díjoles también: «Id y comed manjares grasos, bebed bebidas dulces y mandad su ración a quien no tiene nada preparado. Porque este día está consagrado a nuestro Señor. No estéis tristes: la alegría de Yahveh es vuestra fortaleza.» (Nehemías 8, 10)

  • Vosotros, por vuestra parte, escribid acerca de los judíos, en nombre del rey, lo que os parezca oportuno, y selladlo con el anillo del rey. Pues todo lo que se escribe en nombre del rey y se sella con su sello, es irrevocable.» (Ester 8, 8)

  • ¡Oh, si os callarais la boca! sería eso vuestra sabiduría. (Job 13, 5)

  • Volved hacia mí: quedaréis espantados y la mano pondréis en vuestra boca. (Job 21, 5)

  • no levantéis tan alto vuestra frente, no habléis con un cuello de insolencia!» (Salmos 75, 6)

  • diciendo: «Yo te daré la tierra de Canaán por parte de vuestra herencia». (Salmos 105, 11)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina