Encontrados 323 resultados para: Vuestra

  • sabiendo que la calidad probada de vuestra fe produce la paciencia en el sufrimiento; (Santiago 1, 3)

  • Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra también un pobre con un vestido sucio; (Santiago 2, 2)

  • y que dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís: «Tú, siéntate aquí, en un buen lugar»; y en cambio al pobre le decís: «Tú, quédate ahí de pie», o «Siéntate a mis pies». (Santiago 2, 3)

  • Lamentad vuestra miseria, entristeceos y llorad. Que vuestra risa se cambie en llanto y vuestra alegría en tristeza. (Santiago 4, 9)

  • vosotros que no sabéis qué será de vuestra vida el día de mañana... ¡Sois vapor que aparece un momento y después desaparece! (Santiago 4, 14)

  • Pero ahora os jactáis en vuestra fanfarronería. Toda jactancia de este tipo es mala. (Santiago 4, 16)

  • Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos están apolillados; (Santiago 5, 2)

  • vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas en estos días que son los últimos. (Santiago 5, 3)

  • a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo. (I Pedro 1, 7)

  • y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas. (I Pedro 1, 9)

  • Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro espíritu, sed sobrios, poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os procurará mediante la Revelación de Jesucristo. (I Pedro 1, 13)

  • Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia, (I Pedro 1, 14)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina