Encontrados 103 resultados para: propios

  • Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: tu sabiduría y tus riquezas superan la fama que llegó a mis oídos. (I Reyes 10, 7)

  • El escudero en cuyo brazo se apoyaba el rey tomó la palabra y dijo al hombre de Dios: "Aunque el Señor abriera ventanas en el cielo, ¿podría suceder una cosa así?". Eliseo replicó: "Verás esto con tus propios ojos, pero no lo comerás". (II Reyes 7, 2)

  • el escudero había replicado al hombre de Dios: "Aunque el Señor abriera ventanas en el cielo, ¿podría suceder una cosa así?". Y Eliseo había dicho: "Verás esto con tus propios ojos, pero no lo comerás". (II Reyes 7, 19)

  • Así, aunque veneraban al Señor, servían al mismo tiempo a sus propios dioses, según el rito de las naciones de donde habían sido deportados. (II Reyes 17, 33)

  • Los hijos de Sedecías fueron degollados ante sus propios ojos. A Sedecías le sacó los ojos, lo ató con una doble cadena de bronce y lo llevó a Babilonia. (II Reyes 25, 7)

  • Sí, Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos. (I Crónicas 17, 20)

  • Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: el cúmulo de tu sabiduría supera la fama que llegó a mis oídos. (II Crónicas 9, 6)

  • Después que Amasías volvió de derrotar a los edomitas, introdujo a los dioses de los habitantes de Seír y los tomó como propios, se postró delante de ellos y les quemó incienso. (II Crónicas 25, 14)

  • Por eso el Señor se irritó contra Judá y Jerusalén, y lo convirtió en objeto de horror, de estupor y de burla, como ustedes pueden ver con sus propios ojos. (II Crónicas 29, 8)

  • Inmoló a sus propios hijos en el fuego, en el valle de Ben Hinnóm, practicó la astrología, la magia y la hechicería, e instituyó nigromantes y adivinos. Persistió en hacer lo que es malo a los ojos del Señor, provocando su indignación. (II Crónicas 33, 6)

  • Cuando todos nuestros enemigos se enteraron, todas las naciones vecinas quedaron vivamente impresionadas; se sintieron muy humilladas a sus propios ojos y reconocieron que el trabajo había sido ejecutado gracias a nuestro Dios. (Nehemías 6, 16)

  • Tobit le respondió: "¡No pienses eso! Nuestro hijo se va muy bien y volverá junto a nosotros con toda felicidad; tus propios ojos verán el día en que regresará sano y salvo. No te preocupes ni temas por ellos, hermana. (Tobías 5, 21)


“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina