Encontrados 205 resultados para: nuevo nacimiento

  • Después de comparecer delante de la comunidad para ser juzgado, el homicida permanecerá en aquella ciudad hasta la muerte del Sumo Sacerdote que esté en funciones en aquellos días. Entonces podrá entrar de nuevo en la ciudad y en su casa, en la ciudad de donde había huido. (Josué 20, 6)

  • Sus hermanos y toda la familia de su padre bajaron y se llevaron el cadáver. Luego subieron de nuevo y lo sepultaron en la tumba de su padre Manóaj, entre Sorá y Estaol. Él había juzgado a Israel durante veinte años. (Jueces 16, 31)

  • Entonces los israelitas subieron a lamentarse delante del Señor hasta la tarde. Luego consultaron al Señor, diciendo: "¿Tenemos que entablar un nuevo combate con los hijos de nuestro hermano Benjamín?". Y el Señor respondió: "Suban a atacarlo". (Jueces 20, 23)

  • Que el Señor les dé un lugar para vivir tranquilas, en compañía de un nuevo esposo". Y las besó. Pero ellas prorrumpieron en sollozos (Rut 1, 9)

  • Hagan ahora mismo un carro nuevo y tomen dos vacas que estén criando y que no hayan llevado el yugo. Aten las vacas al carro, dejando a sus crías encerradas en el establo. (I Samuel 6, 7)

  • Saúl los mandó de nuevo a ver a David, con esta orden: "¡Tráiganmelo con cama y todo, para que yo lo mate!". (I Samuel 19, 15)

  • David interrogó de nuevo al Señor, y el Señor le respondió, diciendo: "Baja ya mismo a Queilá, porque yo entrego a los filisteos en tus manos". (I Samuel 23, 4)

  • Luego cargaron el Arca de Dios en un carro nuevo y se la llevaron de la casa de Abinadab, que está sobre la colina. Uzá y Ajió, los hijos de Abinadab, conducían el carro. (II Samuel 6, 3)

  • Pero el rey dijo a Sadoc: "Lleva de nuevo el Arca de Dios a la ciudad. Si el Señor me mira favorablemente, me hará volver a ver el Arca y su morada. (II Samuel 15, 25)

  • escucha tú desde el cielo: perdona el pecado de tu pueblo Israel y tráelo de nuevo a la tierra que diste a sus padres. (I Reyes 8, 34)

  • En cierta ocasión, Jeroboám salió de Jerusalén y lo encontró en el camino el profeta Ajías, de Silo; este iba cubierto con un manto nuevo, y los dos estaban solos en el campo. (I Reyes 11, 29)

  • Él miró y vio que había a su cabecera una galleta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió, bebió y se acostó de nuevo. (I Reyes 19, 6)


“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina