Encontrados 131 resultados para: nuestras

  • En particular, no daremos nuestras hijas a la gente del país ni tomaremos sus hijas como esposas para nuestros hijos. (Nehemías 10, 31)

  • En cuanto a la ofrenda de leña, los sacerdotes, los levitas y el pueblo hemos echado suertes para que cada una de nuestras familias la traiga por turno a la Casa de nuestro Dios, en los tiempos fijados, año tras año, a fin de que arda en el altar del Señor, nuestro Dios, como está escrito en la Ley. (Nehemías 10, 35)

  • Lo mejor de nuestra molienda, de nuestros productos, de toda clase de frutos, del vino nuevo y del aceite fresco, los llevaremos a los sacerdotes para los depósitos de la Casa de nuestro Dios; el diezmo de nuestro suelo será para los levitas, y ellos mismos cobrarán el diezmo en todas las ciudades de nuestras zonas de cultivo. (Nehemías 10, 38)

  • Están a tu disposición nuestras posesiones, todo nuestro suelo, todos los campos de trigo, nuestras ovejas y nuestras vacas, y también todos los corrales de nuestros campamentos: puedes hacer con ellos lo que quieras. (Judit 3, 3)

  • Hasta nuestras mismas ciudades y sus habitantes están a tu servicio; ven y trátalas como te parezca". (Judit 3, 4)

  • porque es preferible que seamos sus prisioneros: así seremos esclavos, pero salvaremos nuestra vida y no tendremos que contemplar con nuestros propios ojos la muerte de nuestros pequeños, y no veremos a nuestras mujeres y a nuestros hijos exhalar el último suspiro. (Judit 7, 27)

  • Tú, que eres una mujer piadosa, ruega por nosotros para que el Señor envíe la lluvia que llenará nuestras cisternas, y así no quedaremos exhaustos". (Judit 8, 31)

  • Y añadió Holofernes: "Dios ha hecho bien en enviarte delante de tu pueblo para que el triunfo esté en nuestras manos y la perdición en aquellos que han menospreciado a mi señor. (Judit 11, 22)

  • bajo el peso de sus culpas: nuestras faltas nos abruman, pero tú las perdonas. (Salmos 65, 4)

  • nos hiciste caer en una red, cargaste un fardo sobre nuestras espaldas. (Salmos 66, 11)

  • Dejaste que cabalgaran sobre nuestras cabezas, pasamos por el fuego y por el agua, ¡hasta que al fin nos diste un respiro! (Salmos 66, 12)

  • Pusiste nuestras culpas delante de tus ojos, y nuestros secretos a la luz de tu mirada. (Salmos 90, 8)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina