Encontrados 226 resultados para: nuestra

  • Nosotros, por nuestra parte, les escribimos: El ganado y todos los bienes de ustedes son nuestros, y los nuestros son de ustedes. En consecuencia, ordenamos que se les envíe un mensaje para comunicarles esto". (I Macabeos 12, 23)

  • dirige nuestra guerra, y nosotros haremos todo lo que nos mandes". (I Macabeos 13, 9)

  • Simón llamó entonces a sus dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo: “Yo, mis hermanos y la familia de mi padre hemos combatido a los enemigos de Israel desde nuestra juventud hasta el día de hoy, y gracias a nosotros se logró más de una vez la liberación de Israel. (I Macabeos 16, 2)

  • Pero ahora estoy viejo, mientras que ustedes, por la misericordia del Cielo, están en la mejor edad. Ocupen mi puesto y el de mi hermano, salgan a combatir por nuestra nación y que la ayuda del Cielo esté con ustedes”. (I Macabeos 16, 3)

  • "A nuestra edad, decía, no está bien fingir. De lo contrario, muchos jóvenes creeránque Eleazar, a los noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas. (II Macabeos 6, 24)

  • Después de este trajeron al sexto, el cual, estando a punto de morir, dijo: "No te hagas vanas ilusiones, porque nosotros padecemos esto por nuestra propia culpa; por haber pecado contra nuestro Dios, nos han sucedido cosas tan sorprendentes. (II Macabeos 7, 18)

  • Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi alma por las leyes de nuestros padres, invocando a Dios para que pronto se muestro propicio con nuestra nación y para que te haga confesar, a fuerza de aflicciones y golpes, que él es el único Dios. (II Macabeos 7, 37)

  • Por lo tanto, harás un buen servicio enviándoles una embajada de paz, a fin de que, conociendo nuestra decisión, puedan vivir confiados y se dediquen de buen ánimo a sus propias ocupaciones". (II Macabeos 11, 26)

  • en primer lugar, sinceramente preocupado por los intereses del rey y, en segundo lugar, por consideración hacia mis compatriotas. A causa de la conducta irreflexiva de los hombres ya mencionados, toda nuestra nación padece no pocos infortunios. (II Macabeos 14, 8)

  • Por eso, ya que tú eres el rey, una vez que te informes detalladamente de todo esto, vela por nuestro país y nuestra nación amenazados por todas partes, de acuerdo con los sentimientos humanitarios que demuestras hacia todos. (II Macabeos 14, 9)

  • Dicho esto, se fue. Los sacerdotes, con las manos extendidas hacia el cielo, invocaron a Aquel que había combatido incesantemente en favor de nuestra nación, diciendo: (II Macabeos 14, 34)

  • Las vigas de nuestra casa son los cedros y nuestro artesonado, los cipreses. (Cantar 1, 17)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina