Encontrados 226 resultados para: nuestra

  • Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque hemos pecado contra ti. (Jeremías 14, 20)

  • Cuando tú anuncies a este pueblo todas estas cosas, ellos te dirán: "¿Por qué el Señor nos amenaza con esta calamidad tan grande? ¿Cuál es nuestra iniquidad, cuál es el pecado que hemos cometido contra el Señor, nuestro Dios?". (Jeremías 16, 10)

  • Oía los rumores de la gente: "¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!". Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: "Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza". (Jeremías 20, 10)

  • En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia". (Jeremías 23, 6)

  • En aquellos días, estará a salvo Judá y Jerusalén habitará segura. Y la llamarán así: "El Señor es nuestra justicia". (Jeremías 33, 16)

  • al profeta Jeremías y le dijeron: "¡Que nuestra súplica llegue hasta ti! Ruega al Señor, tu Dios, en favor de todo este resto, porque de los muchos que éramos hemos quedado unos pocos, como lo ves con tus propios ojos. (Jeremías 42, 2)

  • Por el contrario, llevaremos a cabo la promesa que ha salido de nuestra boca: quemaremos incienso a la Reina de los cielos y le haremos libaciones, como lo hacíamos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nos saciábamos de pan, éramos felices y no veíamos la desgracia. (Jeremías 44, 17)

  • Tu muchedumbre tropieza y cae, y se dicen unos a otros: "¡Arriba, volvamos a nuestro pueblo, a nuestra tierra natal, lejos de la espada destructora!". (Jeremías 46, 16)

  • ¡Examinemos a fondo nuestra conducta y volvamos al Señor! (Lamentaciones 3, 40)

  • Nuestra herencia pasó a manos de extranjeros, nuestras casas, a manos de extraños. (Lamentaciones 5, 2)

  • Nuestra piel quema como un horno, por los ardores del hambre. (Lamentaciones 5, 10)

  • Cesó la alegría de nuestro corazón, nuestra danza se ha cambiado en luto. (Lamentaciones 5, 15)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina