Encontrados 725 resultados para: cal
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. (Mateo 14, 32)
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo y tíralo lejos, porque más te vale entrar con un solo ojo en la Vida, que ser arrojado con tus dos ojos en la Gehena del fuego. (Mateo 18, 9)
diciendo: "Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada". (Mateo 20, 12)
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?». «Podemos», le respondieron. (Mateo 20, 22)
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre». (Mateo 20, 23)
La multitud los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más: «¡Señor, Hijo de David, ten piedad de nosotros!». (Mateo 20, 31)
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, (Mateo 22, 34)
Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: «Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». (Mateo 26, 39)
Se alejó por segunda vez y suplicó: «Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad». (Mateo 26, 42)
Pero Jesús callaba. El Sumo Sacerdote insistió: «Te conjuro por el Dios vivo a que me digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios». (Mateo 26, 63)
Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre». (Marcos 1, 25)
Y les dijo: «¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?». Pero ellos callaron. (Marcos 3, 4)