Encontrados 1933 resultados para: Sin

  • Porque todavía faltaun poco, muy poco tiempo, y el que debe venir vendrá sin tardar. (Hebreos 10, 37)

  • Nosotros no somos de los que se vuelven atrás para su perdición, sino que vivimos en la fe para preservar nuestra alma. (Hebreos 10, 39)

  • Por la fe, Henoc fue llevado al cielo sin pasar por la muerte. Nadie pudo encontrarlo porque Dios se lo llevó, y de él atestigua la Escritura que antes de ser llevado fue agradable a Dios. (Hebreos 11, 5)

  • Ahora bien, sin la fe es imposible agradar a Dios, porque aquel que se acerca a Dios debe creer que él existe y es el justo remunerador de los que lo buscan. (Hebreos 11, 6)

  • Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba. (Hebreos 11, 8)

  • Todos ellos murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de lejos, reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. (Hebreos 11, 13)

  • Por la fe, Moisés huyó de Egipto, sin temer la furia del rey, y se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. (Hebreos 11, 27)

  • Porque Dios nos tenía reservado algo mejor, y no quiso que ellos llegaran a la perfección sin nosotros. (Hebreos 11, 40)

  • Fijemos la mirada en el iniciador y consumador de nuestra fe, en Jesús, el cual, en lugar del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz sin tener en cuenta la infamia, y ahora está sentado a la derechadel trono de Dios. (Hebreos 12, 2)

  • Y ustedes, avancen por un camino llano, para que el rengo no caiga, sino que se cure. (Hebreos 12, 13)

  • Busquen la pazcon todos y la santificación, porque sin ella nadie verá al Señor. (Hebreos 12, 14)

  • Aquel que en esa ocasión hizo temblar la tierra con su voz, ahora nos ha hecho esta promesa: Una vez más haré temblar no sólo la tierra, sino también el cielo. (Hebreos 12, 26)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina