Encontrados 176 resultados para: Sión

  • Porque es un día de venganza para el Señor, un año de desquite para la causa de Sión. (Isaías 34, 8)

  • volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán. (Isaías 35, 10)

  • Esta es la palabra que el Señor ha pronunciado contra él: Te desprecia, se burla de ti, la virgen hija de Sión; a tus espaldas mueve la cabeza la hija de Jerusalén. (Isaías 37, 22)

  • Porque de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión, algunos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto. (Isaías 37, 32)

  • Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!". (Isaías 40, 9)

  • Yo, el Primero, dije a Sión: "¡Aquí están, sí, aquí están!", y envié a Jerusalén un heraldo de buenas noticias. (Isaías 41, 27)

  • yo hago que se acerque mi justicia - ¡ella no está lejos!- y mi salvación no tardará. Pondré la salvación en Sión y mi esplendor será para Israel. (Isaías 46, 13)

  • Sión decía: "El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí". (Isaías 49, 14)

  • Sí, el Señor consuela a Sión, consuela todas sus ruinas: hace su desierto semejante a un Edén, y su estepa, a un jardín del Señor. Allí habrá gozo y alegría, acción de gracias y resonar de canciones. (Isaías 51, 3)

  • Los rescatados del Señor volverán, llegarán a Sión entre gritos de júbilo: una alegría eterna coronará sus cabezas, los acompañará el gozo y la alegría, huirán la aflicción y los gemidos. (Isaías 51, 11)

  • Yo puse mis palabras en tu boca y te oculté a la sombra de mi mano, mientras planto un cielo y fundo una tierra, y digo a Sión: "¡Tú eres mi Pueblo!". (Isaías 51, 16)

  • ¡Despierta, despierta, revístete de tu fuerza, Sión! ¡Vístete con tus vestidos más bellos, Jerusalén, Ciudad santa! Porque ya no entrarán más en ti el incircunciso ni el impuro. (Isaías 52, 1)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina