Encontrados 125 resultados para: Registro de Familias

  • Los descendientes de Tolá fueron Uzi, Refaías, Ieriel, Iajmai, Ibsam y Samuel, hombres valerosos y jefes de las familias de Tolá; su número, en tiempos de David, según sus listas genealógicas, era de 22.600 hombres. (I Crónicas 7, 2)

  • Ellos tenían divisiones armadas para la guerra, registradas por familias según sus listas genealógicas, en número de 36.000 hombres, porque tenían muchas mujeres e hijos. (I Crónicas 7, 4)

  • Estaban registrados según sus listas genealógicas y según los jefes de sus familias, y tenían 20.200 hombres valerosos. (I Crónicas 7, 9)

  • Todos estos fueron descendientes de Aser, jefes de familias, guerreros selectos y valerosos, jefes entre los príncipes. Al ser registrados para el servicio militar, su número alcanzó a 26.000 hombres. (I Crónicas 7, 40)

  • con sus hermanos, según sus listas genealógicas: 956 en total. Todos estos eran jefes de sus respectivas familias. (I Crónicas 9, 9)

  • y sus hermanos, jefes de sus respectivas familias; 1.760 hombres para el culto de la Casa de Dios. (I Crónicas 9, 13)

  • También había cantores, jefes de familias levíticas, que vivían en las habitaciones del templo, exentos de todo otro servicio, porque se ocupaban día y noche de su ministerio. (I Crónicas 9, 33)

  • Estos son, según sus listas genealógicas, los jefes de las familias levíticas que habitaban en Jerusalén. (I Crónicas 9, 34)

  • Hombres de Efraím: 20.800 guerreros valerosos, ilustres en sus propias familias. (I Crónicas 12, 31)

  • Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor; (I Crónicas 16, 28)

  • Los hijos de Simei fueron Selomit, Jaziel y Harán: tres en total . Estos fueron los jefes de las familias de Ladán. (I Crónicas 23, 9)

  • Estos son los hijos de Leví, según sus familias, los jefes de ellas, registrados nominalmente en el censo, uno por uno. Ellos estaban dedicados al servicio de la Casa del Señor, a partir de los veinte años de edad. (I Crónicas 23, 24)


“Os corações fortes e generosos não se lamentam, a não ser por grandes motivos e,ainda assim,não permitem que tais motivos penetrem fundo no seu íntimo.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina