Encontrados 125 resultados para: Registro de Familias

  • levantó a los pobres de la miseria y multiplicó sus familias como rebaños. (Salmos 107, 41)

  • Después tomó como rehenes a los hijos de las principales familias del país y los puso bajo custodia en la Ciudadela de Jerusalén. (I Macabeos 9, 53)

  • los de la Ciudadela entregaron los rehenes a Jonatán, el cual los devolvió a sus familias. (I Macabeos 10, 9)

  • Se comprometió, además, por escrito a pagar otros ciento cincuenta talentos, si se le concedía la facultad de instalar por su propia cuenta un gimnasio y un ateneo juvenil y de inscribir en un registro a los antioquenos residentes en Jerusalén. (II Macabeos 4, 9)

  • Porque ahora voy a convocar a todas las familias de los reinos del Norte -oráculo del Señor-. Ellos vendrán, y cada uno instalará su trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, contra todos los muros que la rodean y contra todas las ciudades de Judá. (Jeremías 1, 15)

  • ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel! (Jeremías 2, 4)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre las familias que no invocan tu Nombre. Porque ellas han devorado a Jacob, lo han devorado, lo han exterminado, y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • En aquel tiempo -oráculo del Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi Pueblo. (Jeremías 31, 1)

  • ¿No ves lo que dice esta gente: "A las dos familias que había elegido, el Señor las ha rechazado"? Así desprecian a mi pueblo, y ya no lo consideran una nación. (Jeremías 33, 24)

  • Sólo a ustedes los elegí entre todas las familias de la tierra; por eso les haré rendir cuenta de todas sus iniquidades. (Amós 3, 2)

  • todas las familias restantes, cada una por su lado, y sus mujeres por su lado. (Zacarías 12, 14)

  • Y si alguno de las familias de la tierra no sube a Jerusalén para postrarse delante del Rey, Señor de los ejércitos, no habrá lluvia para ellos. (Zacarías 14, 17)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina